Alejandro Rodríguez Cortés*.
¿Por qué creerle a un gobierno que nos ha mentido tantas veces?
El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se queja todos los días de que los medios de comunicación no reproducen las buenas noticias que, según él, nos da en las mañaneras.
Tranquilos. Sé muy bien que los políticos siempre mienten históricamente, y que también lo han hecho absolutamente todos los mandatarios de nuestra nación. Es más, podría aceptar que López Obrador miente más veces por el simple efecto estadístico de que está mucho tiempo -más que ninguno de sus antecesores- frente a cámaras y micrófonos.
Pero también creo que el casi centenar de embustes de cada mañana en Palacio Nacional rebasan el límite de lo aceptable, si lo fuera cualquier mentira de quienes tienen la grave responsabilidad de la gestión pública.
Después de casi 1,200 mañaneras llenas de verdades a medias y tomadas de pelo completas, reproducidas por decenas de fieles y leales vasallos obradoristas, ¿por qué creerles después de muchos ejemplos que los convierten francamente en farsantes y embusteros? Veamos algunas perlas.
Recuerdo cuando el inefable Pepe Merino, regañó al respetable público tuitero (hoy población “x”) cuando se cuestionó la militarización de la seguridad pública. Merino, que ni siquiera se apellida así y es el mismo de la ivermectina experimental administrada a los chilangos durante la pandemia, nos dejó de tarea hacer 100 planas de que el mando superior policiaco sería civil. Años después, el presidente impulsó una reforma para traspasar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional. Y el mentiroso calló.
Otra: ya perdí la cuenta de cuántas veces AMLO y Hugo López Gatell, el criminal doctor Muerte, nos han prometido la vacuna mexicana anticovid que tiene nombre (“Patria”) pero no existe.
¿En verdad ustedes creen que ya no hay corrupción, como lo juran solemnemente los normalizadores del desastre mientras los hijos del presidente se enriquecen y su orgulloso padre le da el contrato para hacer los eventos presidenciales a su proveedor favorito de barbacoa?
Supongo que no deberíamos darle credibilidad alguna al titular del IMSS, que culpa de la muerte de una niña a quienes compraron elevadores hace 7 años, durante los cuales no se les dio el adecuado mantenimiento, incluyendo casi un lustro de la mal llamada Cuarta Transformación.
¿Por qué publicar una nota de que el secretario Jorge Nuño asegura que ya recuperaremos pronto la categoría 1 de seguridad aérea después de más de 2 años de promesas y mentiras al respecto?
¿Acaso no lanza una monumental perversión Alfonso Durazo, por cierto corresponsable de la cifra histórica de muertes violentas en un sexenio, cuando asegura ufano que el INE debe ser permisivo con el presidente de la República?
¿Le creyeron al brazo derecho del senador Alejandro Armenta cuando dizque devolvió su Audi 8 al dase cuenta del “error” de haberlo comprado? Si es así, temo decirles que no tienen remedio: el austero farsante incluso renunció sólo porque el expeñista Armenta quiere gobernar Puebla ahora bajo la bandera guinda.
¿Recuerdan al chairo lambiscón de apellido Naredo que se ofendió porque no le creímos su perorata de que las marcas comerciales se peleaban por alquilar locales en el todavía desierto AIFA? Por cierto, les recuerdo que el mismo personaje dijo que los mentirosos éramos quienes augurábamos la muerte, después confirmada, del ahuehuete de Reforma, el primero.
Son muchas mentiras y muchos mentirosos. Allá ustedes si creen que la solución al problema de desabasto de medicinas -que por primera vez reconoció López Obrador después de mentir al menos una docena de veces de que no era cierto- es una bodegotota con “todas las medicinas del mundo”.
Yo no les creo nada, a casi 5 años de garantizar 6 por ciento de crecimiento del PIB y a unos días de que el presimiente dijo que logrará la hazaña hacer crecer la economía nacional a un promedio del 1 por ciento anual en su sexenio. Ni siquiera eso logrará, porque ese indicador será la mitad de eso, y -como lo auguramos hace 3 años- el pretexto será la pandemia.
Hay muchas más pero, sin albur, ya no les caben. Y allá ustedes si le creen a Marx Arriaga de que los libros de texto gratuitos están bien hechos, que la Tierra gira en la misma órbita que Saturno o que Benito Juárez nació 3 días antes.
*Periodista, comunicador y publirrelacionista
@AlexRdgz