La soberanía y la seguridad alimentarias son factores esenciales para el crecimiento económico y un pilar de la justicia y paz social en el país, afirmó el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula.
Al participar en la 42 edición de la Maestría de Seguridad Nacional, en el Colegio de Defensa Nacional, el funcionario dijo que gracias al trabajo de productores y cadenas de distribución, el campo mexicano no se ha detenido y hay abasto oportuno de alimentos, pese a factores externos como la pandemia o el conflicto en Europa del Este.
Precisó que con la visión de este gobierno y el trabajo interinstitucional, se transita a una agricultura rentable, sustentable e inclusiva, lo cual beneficiará a todos al contribuir a la estabilidad económica y social y aprovechar la biodiversidad y potencial natural, con el uso de las innovaciones y las tecnologías.
Al dictar la conferencia magistral: “La política para el aprovechamiento del campo y de los mares del Estado Mexicano”, Villalobos Arámbula detalló que en México se destinan 26.1 millones de hectáreas para la agricultura, 40 millones de hectáreas para la ganadería y 11 mil kilómetros de litoral para la pesca.
Subrayó que México escaló al lugar décimo primero como productor de alimentos a nivel mundial y ocupa el séptimo en la exportación agroalimentaria en 191 naciones, con los primeros lugares en producción de aguacate, espárrago, guayaba, frambuesa, zarzamora, limón, mango y chile verde, así como el sexto productor de carne de canal de ave y bovino y huevo para plato.
En 2022, abundó, la balanza comercial agroalimentaria alcanzó un superávit de cinco mil 601 millones de dólares y rompió récord en exportaciones, con valor de 49 mil 927 millones de dólares, el más alto reportado en 30 años, además de que en el primer trimestre del año se observa un superávit de dos mil 020 millones de dólares.
En el complejo académico, perteneciente a la Secretaría de la Defensa Nacional y ante oficiales, funcionarios y directivos, el secretario de Agricultura comentó que en este proceso de cambio del rostro al campo mexicano, el año pasado a través de los programas ejecutados por la Secretaría llegaron apoyos de forma directa y sin intermediarios a 2.9 millones de productores de pequeña escala.
Otras acciones de impacto incluyen la entrega de fertilizante gratuito a nivel nacional, con un millón de toneladas en favor de dos millones de productores y atención a tres millones de hectáreas; la actualización de Precios de Garantía (maíz y trigo), y atención a la sequía, a través de esquemas de reconversión productiva y la estimulación de lluvias en estados del norte.
Así como trabajos de sustentabilidad como “Mi parcela no se quema”, recuperación de cuerpos de agua y saneamiento de suelos agropecuarios, y un paquete de componentes para llevar desarrollo y asistencia técnica, con la misión de fortalecer la seguridad alimentaria del pueblo mexicano, y sacar de la pobreza a la población rural, aseguró.
Otros programas sustantivos son la defensa de la producción de alimentos contra plagas y enfermedades, con acciones de sanidad, así como el fomento de la innovación y el desarrollo tecnológico, apoyo a la agroexportación, condiciones para la atracción de inversiones, negociaciones comerciales y un marco regulatorio sencillo y ágil, comentó.