Por. Rubén Cortés
La lectura de lo que haya pasado en Rusia el fin de semana, es que el principal aliado ideológico del actual gobierno mexicano en el mundo, es un Estado mafioso que fue puesto en jaque por una de las mafias que ha creado para sostener su autocracia.
El alzamiento de unos perros de la guerra (recordar la novela de Frederick Forsyth sobre un grupo de mercenarios que da un golpe de Estado) fue en el contexto de la invasión rusa a Ucrania, en la que la postura del gobierno mexicano es favorable a Rusia.
Y México es el país del mundo con más espías rusos autorizados por el gobierno, con 85: antes de la invasión a Ucrania había 49, que ya eran muchísimos, pero después de la invasión fueron acreditados 36 más, con visto bueno de Palacio Nacional.
Ya aquellos 49 espías habían provocado una crisis diplomática con Estados Unidos, por lo que el presidente mexicano decidió reservar la información hasta 2028, con el siguiente argumento:
“Su divulgación afectaría la imagen de México en el exterior, implicaría menoscabo de la convivencia armónica entre los sujetos internacionales y vulnera la confianza del intercambio de información”.
La información fue reservada ante la queja del Jefe del Comando Norte, general Glen VanHerck, quien reveló que Rusia tiene desplegados más espías en México que en cualquier otro país del mundo influir en las decisiones que toma Estados Unidos.
Los 85 espías de Putin acreditados oficialmente aquí ante la Cancillería, superan con creces los de todos los países, más que Canadá (73), Estados Unidos (46), Polonia (45), Reino Unido (27), Países Bajos (17), Finlandia (nueve) Suecia (cinco), Austria (cuatro).
O sea, que la 4T está metida hasta las estacas con el agente del KGB que decidió, desde 1999, reelegirse de por vida como gobernante ruso, tras deshacer los avances democráticos de los años noventa y convertir al antiguo imperio comunista en un emporio mafioso.
Putin es una amenaza para sus gobernados y para el mundo, controla el órgano electoral y los medios, y tiene a raya a sus adversarios políticos con tres sopas a elegir: cárcel, exilio o muerte. Y sobre todo, con el uso de espías, lo cual se entiende siendo él exespía.
Y los agentes rusos realizan las acciones más oscuras en países donde actúan: envenenamientos, sexoespionaje… Aquí, uno, el español Ramón Mercader, asesinó a Trotsky, con apoyo de la corriente política en la que tienen raíces quienes gobiernan hoy.
Hace un año, hizo escala aquí un avión venezolano procedente de Irán y Rusia, piloteado por un terrorista iraní buscado por el FBI, y sigue detenido en Argentina. Esas son las ligas que tiene el gobierno mexicano con Putin.
Nada para estar orgulloso, eh.