Carlos Arturo Baños Lemoine.
El feminismo es un cáncer social. Lo he afirmado y lo he demostrado en innumerables ocasiones, siempre con base en el espíritu científico: Lógica más suficiente evidencia empírica, no se necesita más. Y les comparto un nuevo caso: el Caso de Ana Gabriela Guevara, la infame primera Directora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), instancia descentralizada que depende de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que está a cargo de otra mujer: Leticia Ramírez Amaya.
Esa señora, la tal Ana Gabriela Guevara, es una maltratadora de mujeres: desde su obcecada, autoritaria, prepotente y altiva posición de funcionaria pública al servicio no del pueblo de México, no de la comunidad atlética de México, sino de la Cuarta “Transtornación” Mental, la ex velocista beneficiaria del zedillismo y del foxismo ha sobajado, humillado y maltratado lo que ha querido a las atletas acuáticas de México, específicamente a las atletas mexicanas que compiten en certámenes de nado sincronizado.
Tomando de pretexto el conflicto interno que afecta a la Federación Mexicana de Natación, la tal Ana Gabriela Guevara ha privado de recursos públicos a las atletas acuáticas de nado sincronizado. Esta funcionaria ha sido incapaz de diseñar un mecanismo que logre apoyar a las atletas acuáticas mientras se arregla el problema de su Federación. Y no sólo eso: ha hecho oprobiosas declaraciones con respecto a las nadadoras que, desesperadas, han tenido que recurrir incluso a la venta de trajes de baño para financiar sus actividades deportivas.
“Por mí que vendan calzones, trajes de baño, Avon o Tupperware”, ha dicho la infame titular de la CONADE, la tal Ana Gabriela Guevara. Y esto es lo menos: sólo revisen ustedes todas las declaraciones y acciones imputables a esta tipa sobre el particular.
Pese a ser mujer y atleta, la tal Ana Gabriela Guevara no ha mostrado ni un ápice de eso que la mitología feminista llama “sororidad”, porque arriba de todo está su pertenencia lacaya a la Cuarta “Transtornación” Mental.
Y, justo por lo mismo, ante la insolencia y el abuso por parte de Ana Gabriela Guevara no hemos visto declaraciones condenatorias ni conciliatorias por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a cargo de la morenista Rosario Piedra Ibarra, ni por parte del Instituto Mexicano de las Mujeres, a cargo de la morenista Nadine Gasman, ni por parte de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, a cargo de la morenista Fabiola Alanís, ni por parte del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, a cargo de la morenista Claudia Olivia Morales…
¡Más claro ni el agua! Y mejor le paro aquí, porque capaz que la Gestapo Feminista me acusa de “violencia de género” tan sólo por exhibir la pocilga mental y actitudinal inherente a la mitología feminista incrustada en la burocracia gubernamental.
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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.