Por. Rubén Cortés
En 2017 costaba perder buenos amigos y chambas, cuando menos, señalar los parecidos entre el hoy presidente con los dictadores Ortega y Maduro; hoy, ya no están los amigos ni las chambas. Por ahí se empieza: el Socialismo del Siglo 21 es una máquina de pérdidas y destrozos.
Pero las semejanzas persisten:
–El sátrapa nicaragüense se reeligió por quinta vez en noviembre pasado, porque compitió sólo, después de meter en la cárcel a los siete precandidatos opositores: Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena y Noel Vidaurre.
–Aquí, el gobierno acaba de publicar en su órgano oficial la reforma al Artículo 38 constitucional, fracción VII, para que todo opositor con orden de aprehensión no ejecutada no pueda ser candidato. Y lo menos que se niega aquí es una orden de aprehensión: ahí está el caso de Rosario Robles.
Aunque en algunos casos el experimento autocrático autollamado Cuarta Transformación, va mucho más rápido que en la tierra de sus santones ideológicos:
–El chavismo en Venezuela, que tardó una década en desmantelar totalmente los tres poderes del sistema democrático que había hasta 1999, las instituciones y los medios tradicionales; acaba de copiarle a la 4T la Ley de Extinción de Dominio.
–El sátrapa Maduro firmó hace dos semanas la Ley Orgánica de Extinción de Dominio, que le permite quitar bienes y riquezas a funcionarios en desgracia y a enemigos políticos, de manera “inmediata”.
–Pero la 4T tiene esa ley desde 2019, y le permite “disponer de forma anticipada” de bienes inmuebles, dinero en cuentas y efectivo incautados, sin esperar veredicto judicial, aunque después el acusado resulte inocente”.
Quiere decir que el experimento autocrático mexicano autollamado Cuarta Transformación, va mucho más rápido que el chavismo de principios de siglo, que tardó una década en desmantelar los tres poderes, las instituciones y los medios tradicionales.
La captura del órgano electoral es un hecho hace años en Nicaragua y Venezuela. En México no se refleja aún, por las veleidades de la idiosincrasia, por pasiones hacia la corrección política. Pero, la plana mayor del INE acaba de ir a mostrarle sus respetos al presidente a su Palacio.
La consejera presidenta Guadalupe Taddei pasó por encima de toda consideración política y apareció junto al presidente muerta de la risa, como quinceañera con su rockstar. Los otros consejeros y consejeras, más o menos, mostraron una sonrisa o pusieron cara de palo. El INE es ya una simulación.
En Venezuela es ya burla: la esposa de Maduro, Cilia Flores, es la presidenta del Consejo Nacional Electoral. Así que, con veleidades uno y desvergüenza los otros, al final el Socialismo del Siglo 21 es…
Un descaro.
