Francisco Garfias.
Llegaron a mediodía a los salones del Hotel Marquis como si hubieran ganado la copa del mundo de futbol. El tono triunfalista de sus intervenciones no correspondía con los resultados de las elecciones en el Estado de México, aunque sí a los de Coahuila.
Hacían la suma de los sufragios en ambas entidades y daban cifras: 3.5 millones Morena y rémoras; 3.5 millones Alianza va por México. Concluían: vamos parejos, la Alianza es poderosa y sigue.
Los jefes nacionales del PAN, Marko Cortés; PRI, Alito Moreno; PRD, Jesús Zambrano, presumían que su candidato en Coahuila, Manolo Jiménez, “barrió” dos a uno. Destacaban que la ventaja de Delfina Gómez sobre Alejandra del Moral fue de poco más de 8 puntos; no los veinte que algunas encuestas le daban a la abanderada de Morena.
Minimizaban, eso sí, la histórica derrota del PRI en el Estado de México, la entidad más poblada del país (casi 17 millones de habitantes); una de las más industrializadas (aporta el 9.8 por ciento del PIB nacional), la del Padrón más numeroso (12.5 millones de votantes) y un presupuesto anual monumental (360 mil millones de pesos.)
Los consuela la idea de que el 44 por ciento de los votos logrados por del Moral reflejan lo lejos que está la posibilidad de que los guindas y sus mascotas puedan lograr una mayoría calificada en el Congreso en 2024.
Los tres líderes dejaron la autocrítica en el perchero. Apenas un reconocimiento de Marko de que no lograron que la gente saliera masivamente a votar. La participación en esa entidad fue del 49.88 por ciento del padrón electoral, mientras que en Coahuila fue de más del 56 por ciento.
La derrota en el Edomex la atribuían a una “elección de estado” orquestada por el gobierno federal; y a las ”omisiones” del mandatario estatal priista, Alfredo del Mazo. Les molestó que el gobernador sacara las manos del proceso electoral.
“Tenemos que censurar la omisión del gobernador con las versiones de que estaba entregada la plaza de antemano. Eso influyó fuera y dentro de su propio partido”, aseguró Jesús Zambrano.
Tan poderosos se sentían ayer que allí mismo firmaron el acuerdo de la Coalición Va por México para el 2024, bautizado como “ La Defensa de México continúa”. En el documento asumen el compromiso de generar empleos, combatir la pobreza, reconstruir el sistema de salud, y abatir los niveles de violencia e inseguridad.
Ya encarrerados informaron que el próximo 26 de junio van a dar a conocer el método para elegir a su candidato presidencial que, adelantó el jefe panista, será abierto, incluyente, y va a involucrar a la sociedad.
Los tres batearon la posibilidad de que el presidente López Obrador “se invente” un pleito entre corcholatas y les mande a Marcelo Ebrard como candidato presidencial. “Ningún retazo de Morena tiene cabida en la Coalición Va por México”, dijo, tajante, el presidente del PRI.
Cortés fue el primero que habló: “La coalición va por México obtuvo un triunfo contundente en Coahuila. Ganamos por más de lo que se esperaba. La gubernatura más de dos a uno y los 16 distritos locales que estaban en disputa.”
“En el Estado de México logramos remontar de forma muy considerable. Los 25 puntos que nos llevaban terminó en una elección mucho más cerrada de lo que las encuetas publicadas decían”, dijo el panista.
Siguió Zambrano con un reconocimiento: “En el Estado de México no pudimos enfrentar exitosamente la estrategia de una elección de estado, que utilizó los programas sociales como dádivas a cambio de votos”.
En su turno, Alito por poco transforma la derrota en triunfo: “la coalición en el Estado de México sacó una votación histórica: cerca de tres millones de votos. Nuestro reconocimiento a Alejandra del Moral”.
Luego dijo: “el resultado de la elección en el Estado de México es producto fraudulento de una operación de estado…hay un gobierno autoritario, arbitrario, que se quería robar la elección a la mala y así consiguieron llevársela”.
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Por momentos el acto parecía más el destape de Alito para el 2024 que el anuncio de que permanece la Coalición. Marko y Chucho se quedaron pasmados cuando el priista dijo que su partido aportó 2 millones 300 mil votos en los dos estados. El 68 por ciento del total: el PAN 22 por ciento y el PRD, siete por ciento.
Testigos de lo que ocurrió la tarde-noche del domingo en la casa de campaña de Alejandra del Moral nos cuentan que Moreno presionó para que la candidata de la Alianza se autoproclamara vencedora. Aseguran que Alito convenció a Marko, a Zambrano y a la propia Alejandra, de salir a cantar victoria basados en una encuesta de salida que mandó a hacer el PRI.
La encuesta, les dijo el jefe nacional priista, le daba a la abanderada de la Coalición Va por México una ventaja de uno por ciento. “Los convenció”, nos dijo el testigo.