Por. José C. Serrano
José Ángel Gurría Treviño nació en Tampico, Tamaulipas hace 73 años. Es economista y político. Durante el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, desempeñó el cargo de secretario de Relaciones Exteriores (SRE) y despúes, el de secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Fue secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) de 2006 a 2021.
Gurría Treviño cursó la licenciatura en economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y tiene posgrados en la Universidad de Leeds en Reino Unido, en la Universidad de Harvard y en la Universidad del sur de California, Estados Unidos.
Pertenece al Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde 1968. Acredita alrededor de 33 años de servicio público en las áreas financieras y diplomáticas del gobierno de México; ha sido director general de Nacional Financiera (Nafinsa) y del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext).
En 1990, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se creó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), el cual, básicamente hizo que la deuda privada de la banca pasara a ser pública.
El fondo surgió como una respuesta para enfrentar posibles crisis financieras y el supuesto de que éstas pusieran en peligro la liquidez de los bancos. Así, en caso de emergencia, el fondo se utilizaría para comprar las deudas de los bancos y otorgarles capital.
Aunque fue creado en 1990, éste se activó a partir de 1995. La temida crisis económica prevista para su creación sí llegó, en 1994, mismo año en que Salinas de Gortari entregó la banda presidencial a Ernesto Zedillo Pone de León (1994-2000).
El 12 de diciembre de 1998, la Cámara de Diputados “legalizó” uno de los mayores atracos al pueblo de México: el “rescate” bancario, iniciado de manera masiva en 1995 por medio del Fobaproa, y con ese motivo un jubiloso José Ángel Gurría Treviño, titular de la SHCP del gobierno zedillista se animó a decir que “la acción responsable y constructiva de los legisladores contribuirá a la reducción de su costo fiscal”.
Por aquellos ayeres los pasivos totales del Fobaproa, transformado en Instituto de Protección al Ahorro Bancario (Ipab), por decisión de panistas y priistas eran 600 mil millones de pesos, y los barones de la banca salvados y rescatados se dedicaron a acumular utilidades a más no poder. En la memoria colectiva ha quedado registrado el latrocinio del Poder Legislativo y la desfachatez de Gurría y Zedillo, quien actuó como “simple procurador para la defensa del capital financiero”.
Es ineludible abordar otro episodio de la trayectoria institucional de José Ángel Gurría Treviño: la pensión jubilatoria.
Él es el jubilado más joven del mundo. En 1994 tenía 43 años, y sólo 11 meses como director general de Nafinsa, se jubiló con pensión completa. Lleva 29 años cobrándola. Según fuentes consultadas, recibe alrededor de 112 mil pesos mensuales más prestaciones.
José Ángel Gurría Treviño ha dicho, sin ambages, que quiere ser presidente de México; desea participar en la contienda como candidato ciudadano. Se considera el mejor preparado para ocupar el puesto que dejará vacante el actual Titular del Poder Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador.
No cabe duda de que la ambición desmedida provoca que los “mejores” pierdan el piso.