Raúl Flores Martínez.
La ausencia de un ser amado en el país, se vuelve un tormento y largo peregrinar en las dependencias de justicia o procuración de justicia, sobre todo cuando sus funcionarios tienen la ignorancia, cómo carta de presentación.
Llevó días documentado el caso de Mauricio Dorantes González, un joven de 19 años que desapareció de la colonia CTM Culhuacán en la alcaldía Coyoacán el pasado 1 de mayo del presente año, una desaparición que, de acuerdo a las investigaciones de la propia familia, pudo ser cooptado por alguna organización criminal a través de los videojuegos, algo que las autoridades deben de determinar.
Sin embargo, las autoridades de la Fiscalía de la Ciudad de México, tuvieron la desfachatez de poner en marcha el llamado protocolo de las 48 horas, el cual es un mito, cómo lo hemos dado a conocer en distintas ocasiones, 48 horas que son vitales para cualquier desaparición.
En este caso, Cecilia González, madre de Mauricio va y viene de un lugar a otro para agilizar la búsqueda de su hijo; sin embargo, cómo no cierra calles o se manifiesta frente a la Fiscalía, nadie la toma en cuenta, mucho menos las autoridades que están enfocadas en resolver el caso de Lesly Martínez, que desgraciadamente la encontraron sin vida en los límites de Morelos y Guerrero.
Cuántos miles de pesos, se tendrá que gastar Cecilia para poder localizar a su hijo, cuántos rechazos más por parte de las autoridades de la Fiscalía tendrá que recibir para alcanzar un poco de justicia o de misericordia para dar con el paradero de Mauricio.
Han pasado 18 días de la ausencia de Mauricio Dorantes González, 18 días donde el peregrinar de su madre para buscarlo ha dejado huellas en la Fiscalía de Desaparecidos de la Ciudad de México, donde tiene la misma respuesta, “estamos trabajando”, una respuesta que no deja satisfecho a nadie.
Ya es hora de que los legisladores locales y federales, se detengan un poco en sus dimes y diretes de politiquería barata para que se pongan en legislar, sobre el castigo que se pueden imponer a los funcionarios de cualquier Fiscalía o Procuraduría que no atienda y sobre todo no investiguen las ausencias de los seres amados que han desaparecido.
Ya es el momento, de que se les impongan castigos administrativos y penales en contra de ministerios públicos y policías de investigación que no realicen sus labores en apoyo a las madres, como Cecilia González que busca y ruega por que su hijo Mauricio aparezca con vida.