Raúl Flores Martínez.
En la actualidad hay decisiones gubernamentales que ya no sorprende, mucho menos cuando es un gobierno de la Cuarta Transformación, cómo es el caso de Nayarit, qué a decir de los ciudadanos, es una copia mal hecha del Presidente López Obrador.
Hace unos días estuve en Nayarit, un estado que está dividido y no geográficamente, sino que hay un pacto silencioso de no agresiones, ejecuciones masivas entre el Cártel del Pacífico y Jalisco Nueva Generación, un pacto dicen, propuesto por la actual admiración estatal.
Prueba de ello, es que la estructura criminal que tejió nexos con el Cártel del Pacífico, Los Beltrán Leyva y Jalisco Nueva Generación que desapareció a decenas de personas en el estado, se encuentran trabajando aún en la Fiscal General del Estado.
Esta estructura la utilizó en su momento el ex fiscal Edgar Veytia Cambero para la comisión de distintos delitos, cómo el despojo de inmuebles y tierras; secuestros; extorsiones y desapariciones forzadas.
Cabe recordar que Veytia Cambero, fue detenido y juzgado en 2017 en la Corte para el Distrito Este de Nueva York por los delitos de conspiración, distribución y fabricación de heroína, cocaína, metanfetaminas y marihuana dentro de la acusación –Case 1:17-cr00115-RRM–donde se identifica al ex fiscal de Nayarit, bajo los alías del “Diablo”, “Eepp”, y el “Lic”.
De acuerdo con las estadísticas de distintos colectivos de madres buscadoras de la entidad, de primero de enero al 16 de mayo del presente año, se tiene el registro de 45 personas desaparecidas, incluida la desaparición del antropólogo forense Juan Carlos Tercero Aley, experto en la localización de fosas clandestinas, desaparecido desde el pasado jueves 6 de abril del año en curso.
Esta estructura de acuerdo a la Información Filtrada por ministerios públicos, también se extiende a las corporaciones policiacas estatal y municipal, que hacen algunos “trabajos” sucios para las células del crimen organizado que están establecidas en la entidad gobernada por el morenista Miguel Ángel Navarro Quintero.
No debe de quedar duda que en los próximos meses, el “pacto de paz” que hay en Nayarit, se romperá por la constante violencia silenciosa que se está dando con la complicidad de las autoridades del estado de Nayarit.