Rubén Cortés.
Con los medios controlados, la oposición desarticulada, los pensadores críticos acorralados, las instituciones desmanteladas, el INE en los huesos, los empresarios de un ala, el Ejército comprado… para el presidente, es oro puro mantener viva a la Corte.
Sin el costal de la Corte, habría tenido que crear otros para pegarle y ya no quedan costales con peso suficiente para convertirlos en enemigos. Así que la pelea con la Corte le mantiene el impulso necesario para, desde el Maximato, cambiar la Constitución.
Porque (y esto tiene que quedar muy claro) no hay populismo autocrático exitoso sin cambiar la Constitución, para transformar el modelo de organización de la sociedad, en un sistema de elecciones controladas y sin contrapesos legales.
Y este presidente sigue sin desvíos el manual de la mayoría de los 46 mandatarios populistas, que se han gobernado en el mundo de 1990 a la fecha: 17 de ellos cambiaron la Constitución para ampliar su mandato, aunque en su caso, mandará desde su finca.
Aunque falta Petro, la estadística del manual de la mayoría de 46 mandatarios populistas que se han gobernado desde 1990 hasta la fecha, se puede leer en https://institute.global/insight/renewing-centre/populist-harm-democracy.
Por eso, se entiende que el ministro carnal Zaldívar votara en contra de su jefe el presidente ,en la discusión del Plan B en la Corte, el pasado lunes. En política nada es casual. Dicen que, si algo pasa en política, es porque así se planeó.
Ahora, la campaña del presidente para que A.A Augusto lo suceda se basará en que su piso de 15 millones de electores cautivos (más cuatro o cinco millones que compra con becas) vote para que Morena domine el Congreso y cambie la Constitución.
Si mañana deja de llover y se produce la sequía más grave del siglo, será culpa de no controlar el Congreso; si al presidente le vuelve a dar un “váguido”, ídem. Y esos 15 millones (más los que se han sumado) se lo creerán. Oh, claro que se lo creerán. Le creen todo.
Francamente, no hará nada el actual gobierno de México que no hayan hecho antes los otros gobernantes populistas de la región, especialmente la dictadura chavista de Venezuela, que es una especie de espíritu santo del populismo latinoamericano.
En Venezuela, Chávez modificó la Constitución para ser reelegido y crear una nueva organización administrativa del país para implantar el socialismo; y Maduro hizo una nueva Constitución, que le permite mantenerse en el poder sin elecciones con oposición.
En Ecuador, Correa aprobó una ley disolver el Parlamento y reelegirse. En Nicaragua, Ortega cambió la Constitución para reelegirse. En Bolivia, Evo Morales promulgó una nueva Constitución para refundar el país y reelegirse.
Sí, necesita una Corte muy firme.