Francisco Garfias.
Andrés Manuel Lopez Obrador, 69 años, se obstina en convencer a los ciudananos de que está “al 100” para enfrentar las presiones, fatigas y cargas propias de la presidencia de la República. Sus reiterados problemas de salud lo desmienten.
Sufrió un infarto al miocardio en 2013. Le hicieron un cateterismo en enero del 2022. Este procedimiento se utiliza para destapar y/o colocar un stent en una arteria. Se los dice alguien que ya pasó por allí. A menos de que oficialmente tengan otros datos, un hombre así no goza de cabal salud.
Su estado físico se maneja como secreto de estado. Cero transparencia. No hay video que lo muestre después de lo ocurrido el pasado domingo en Mérida. Tampoco un parte médico oficial de la salud del presidente qué, como bien dijo Ricardo Monreal, “es un asunto de Estado”. Sólo tuits y declaraciones más relacionadas con la política que con la salud del primer mandatario.
La falta de un parte médico oficial ha dado lugar a que algunos vivales difundan toda clase de falsas versiones sobre el estado de salud del tabasqueño. El periodista Joaquin López Dóriga tuvo que salir a desmentir un tuit que apareció en una cuenta clonada sobre la supuesta “muerte” del presidente en el hospital militar. “Es mentira que sea de mi cuenta”, escribió.
Sobre las versiones de que se desvaneció y del preinfarto, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, encargado de la mañaneras mientras AMLO se repone , llegó a afirmar que “eso quisieran” los adversarios del presidente que, reitero, “goza de cabal salud”. AMLO se encuentra aislado y recuperándose en Palacio Nacional. Le deseamos una pronta recuperación
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El episodio es confuso. La versión oficial es que por tercera vez le dio Covid. Pero basta con dar un paseo por twitter para darnos cuenta de que muchos ciudadanos creen que se distorsiona o se oculta información. De allí la importancia de que haya un parte médico oficial.
La confusión inició con la publicación, en el Diario de Yucatán, de una nota en la que se afirma que el presidente se “desvaneció” luego de un “presunto infarto”. Jesús Ramírez, el vocero de la presidencia, salió a desmentir y a negar que se suspendía la gira para supervisar los avances del Tren Maya. Pero a las 15:33 apareció el tuit en la cuenta del presidente que hasta ayer al mediodía habían leído 8.7 millones de personas:
“Ni modo, amigas y amigos: salí positivo a Covid-19. No es grave. Mi corazón está al 100 y como tuve que suspender la gira, estoy en la Ciudad de México y de lejitos festejo los 16 años de Jesús Ernesto. Me guardaré unos días, Adán Augusto López Hernández encabezará las mañaneras. Nos vemos pronto.”
Adán Augusto aseguró que el sábado en la noche y el domingo, AMLO tenía síntomas de “resfriado”. Se hizo la prueba de Covid y “hacia las cuatro de la tarde el resultado arrojó positividad a COVID-19”. El tuit en la cuenta del presidente, como ya lo señalamos, se subió a las 15:33 PM.
“No hubo ningún traslado de emergencia. No hubo ningún desvanecimiento como algunos han pretendido hacer creer (…). Por sugerencia de los médicos y ante la eventualidad que pudiese ser Covid, se decidió que iniciara un proceso de aislamiento y se trasladó a la Ciudad de México”, agregó López Hernández.
López Obrador estaba de gira en Mérida para supervisar el avance del Tren Maya y tenía programado un desayuno al que ya no acudió. Luego de salir de su hotel y viajar a la base militar donde sería el encuentro, canceló la actividad y tomó un avión militar que intempestivamente lo retornó a la CDMX.
El Diario de Yucatán no ha desmentido la nota que publicó.
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Sigue el interminable culebrón del supuesto plagio de la tesis de licenciatura de la Ministra, Yasmín Esquivel. Vía Whats App nos llegó el comunicado de Alejandro Romano Rascón, su abogado, como respuesta a los señamientos que se le han hecho respecto al caso de la investigación que inició el Comité de Ética de la UNAM.
Es un documento de nueve puntos declara “legalmente incompetentes” al Comité Universitario de Ética -y de paso al Comité de la FES Aragón- para ocuparse del asunto; y asegura que sus miembros se han negado a recibir irrefutables pruebas testimoniales y periciales que él ha presentado.
Aclara que las medidas cautelares que ha obtenido como abogado de ninguna forma pretenden bloquear a la UNAM. “El único objetivo es que se respete el Estado de Derecho y las garantías de mi representada”, asegura.
El abogado se dice “preocupado” de que las autoridades de la Universidad digan que ya tienen una resolución, “cuando el proceso, que carece de bases jurídicas y de legitimidad, ni siquera ha concluido.”
“Lejos de ser un ´abuso de autoridad´ o un ´acto de prepotencia´ –como lo han llamado algunos medios—Yasmín Esquivel Mossa recurre a la Ley para evitar que se consume un atropello en su contra”, puntualiza.
FIN.