Por. José C. Serrano
Arturo Alcalde Justiniani y Bertha Elena Luján Uranga procrearon dos hijas: Bertha María y Luisa María.
Arturo Alcalde es un abogado que ha dedicado su actividad profesional en los últimos 30 años a la asesoría legal a sindicatos y organizaciones, tanto del sector público como del sector privado, entre ellas: el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM), entre otros entes gremiales.
Por su parte, Bertha Luján es contadora pública y política mexicana, militante del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), fue titular de la Contraloría del Distrito Federal, durante la administración de Andrés Manuel López Obrador (2000-2006). Del 20 de noviembre de 2015 al 17 de septiembre de 2022, fungió como presidenta del Consejo Nacional de Morena.
El ambiente familiar donde crecieron las hermanas Alcalde Luján, prometía la formación de dos vocaciones encaminadas a servir en el sector público. En la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, ambas han encontrado acomodo: Bertha María en el área jurídica de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), y Luisa María como titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Bertha María ha participado como aspirante en el proceso encomendado al Comité Técnico de Evaluación con la finalidad de obtener la calificación exigida para ocupar un puesto como consejera en el Instituto Nacional Electoral (INE).
El Comité Técnico de Evaluación (CTE) publicó la noche del viernes 24 de marzo la lista de los 20 aspirantes finalistas para ocupar una de las cuatro vacantes del Consejo General del INE, así como la presidencia para el período de abril de 2023 al mes de abril de 2032.
Como se presumía, entre los seleccionados están nombres muy cercanos al gobierno de la autollamada Cuarta Transformación (4T): Bertha María Alcalde Luján y Netzaí Sandoval Ballesteros.
La primera es hermana de la titular de la STPS, Luisa María Alcalde Luján, quien, por cierto, como funcionaria pública luce radiante como florero; su vocación se esfumó como una pompa de jabón: tiene una enorme deuda con los mineros de Coahuila (Pasta de Conchos y El Pinabete).
El segundo es hermano de Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, exsecretaria de la Función Pública (SFP), quien fue expulsada del edén, propiedad del político tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.
María Esther Azuela Gómez, una de las integrantes del CTE, advirtió en un reporte de riesgos de la imparcialidad en el proceso, ante irregularidades en seis aspirantes finalistas, pues expresó que no cumplen con el requisito de idoneidad en su perfiles por una fuerte cercanía con el partido en el poder (Morena). En algunos aspirantes es pública y notoria la cercanía e incluso el parentesco que tienen con funcionarios del Estado mexicano.
Cabe mencionar que la integración del CTE quedó en entredicho desde el inicio del proceso, porque cinco de sus siete integrantes también son afines a Morena, por lo que siempre alcanzaron mayoría en las decisiones que ahí se han tomado.
Este domingo 26 de marzo el CTE presentará las cuatro quintetas de la siguiente forma:
Lista 1: personas del género masculino;
Lista 2: personas del género femenino;
Lista 3: personas del género masculino,y
Lista 4: personas aspirantes para la presidencia, la cual debe estar integrada únicamente por mujeres.
Las cuatro quintetas serán llevadas al pleno de la Cámara de Diputados para que sean votadas el próximo jueves 30 de marzo, y así se dé por terminado el proceso para elegir a cuatro futuros consejeros electorales que reemplazarán a Ciro Murayama Rendón, Adriana Margarita Favela Herrera, José Roberto Ruiz Saldaña y al consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello.
Este último personaje remató su gestión de nueve años con un viaje de cinco días, para visitar en Nueva York y Washington a viejos conocidos del ámbito electoral internacional. Con toda seguridad que lo planteado en esas reuniones no tendrá relevancia en la dinámica de este país. El periplo fue con cargo al erario público, que desembolsó la friolera de casi 10 millones de pesos, que bien pudieron haberse destinado a la atención de necesidades más ingentes.
