Los franceses salieron a las calles este sábado por séptima vez, si bien en menor número, para protestar contra la reforma de pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron, rechazada por los sindicatos, que piden hacer una “consulta” mientras el proyecto avanza en el Senado mediante un procedimiento acelerado.
“¿Qué más hay que hacer?”, se preguntó Philippe Martínez, líder de la combativa CGT, en declaraciones a la prensa desde la cabecera de la manifestación que recorrió esta tarde París, desde la Plaza de la República hasta la de la Nación.
Las manifestaciones se repitieron por todo el país, acompañadas de los paros y piquetes cuyos efectos se vienen notando durante toda la semana -especialmente desde el día 7, cuando se convocó la última gran jornada de manifestaciones nacionales- en sectores como el transporte público, el tráfico aéreo, el energético y la recogida de basuras, que se acumulan en las calles de ciudades como París desde hace días.
Los sindicatos buscaban dejar claro este sábado que el malestar popular ante la reforma persiste, pero las manifestaciones fueron menos concurridas que en otras ocasiones.
Disparidad en las cifras
De acuerdo a la CGT, en París se manifestaron hoy 300.000 personas, 200.000 menos que la última vez que se habían convocado protestas en sábado (11 de febrero).
El Ministerio de Interior rebajó la participación de la jornada a 48.000 personas en la capital y cifró en 368.000 los manifestantes a nivel nacional, un dato que para los sindicatos, superó el millón.
“Hoy la única cosa que podemos decir es: si (Macron) está tan seguro de sí mismo, que consulte a los franceses”, desafió el líder de la CGT, en respuesta a la postura inamovible adoptada por el presidente francés frente a los reclamos de los sindicatos, que esta semana pidieron, sin éxito, ser recibidos en el Elíseo.
De “negación del movimiento social” le acusó Laurent Berger, secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), también desde París.
Berger apeló igualmente a una consulta a los franceses -que según las encuestas están en contra del proyecto por clara mayoría- y advirtió al Gobierno de que “a fuerza de jugar con el fuego, se hacen tonterías”.
En París desfiló gente de todas las edades, incluso familias con niños que portaban carteles cuestionando que a ese ritmo, sus hijos no se jubilarán hasta “los 80 años”.
“(Macron) Se comporta como un emperador, se burla del pueblo”, señaló a EFE Eric Le, un jubilado francés que protestaba hoy en solidaridad con los “jóvenes” y que acusó al Ejecutivo de gobernar para ricos y grandes empresas.
EFE