Carlos Arturo Baños Lemoine.
Lo he dicho en varias ocasiones y lo repito ahora: uno de los grandes males de la humanidad es la imbecilidad colectiva, la estupidez masiva. Curiosamente, para enfrentar este mal no existen políticas públicas y, por ello, la sinrazón se multiplica de forma acelerada en perjuicio de toda la humanidad.
Hace una semana, Genaro García Luna fue hallado culpable del delito de narcotráfico y asuntos conexos por el Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York. Por supuesto que su condena ha sido utilizada políticamente por propios y extraños, pero nadie ha utilizado su caso para abordar a fondo el verdadero problema que subyace a este asunto.
A lo largo de su trayectoria como funcionario público, que abarca varios sexenios, García Luna puso pie en el CISEN, en la AFI y en la Secretaría de Seguridad Pública. Esto quiere decir que conoció las tripas mismas del sistema de investigación y de persecución de los delitos más graves y nocivos que afectan a la sociedad mexicana. ¿Pudo utilizar sus cargos para vincularse con la delincuencia organizada y sacar provecho de ésta? Sin duda, pero resulta que a lo largo de su juicio no vimos pruebas contundentes al respecto.
Sustantivamente, el tipo fue condenado con base en narraciones hechas por delincuentes ya condenados y en prisión que buscan beneficios como “soplones”. Para nuestra sorpresa, el Poder Judicial de los EEUU se ha vulgarizado e idiotizado a tal grado que no exige que las narraciones vayan acompañadas con pruebas duras y contundentes.
Esos grandes “señores de la droga” en su papel de “soplones” tuvieron poder, dinero y conexiones suficientes para adquirir los armamentos más sofisticados, los autos mejor equipados, los equipos de telecomunicaciones más avanzados y los matones más cabrones para la gestión de sus negocios, pero resulta que ninguno de ellos tiene siquiera una pinche foto o un triste video de García Luna recibiendo dinero o negociando con un “tiburón del crimen organizado”. ¿Y acaso vimos algún mapeo de las comunicaciones de García Luna con los “capos”?
Para colmo de males, los mismísimos centros de inteligencia de los Estados Unidos de América (FBI, CIA, DEA, etc.) fueron incapaces de detectar las oscuras maniobras de García Luna: tan imbéciles fueron estos “centros de inteligencia” que hasta el Gobierno de los EEUU premió a García Luna por su “buen desempeño”.
¿Y los miembros del jurado que condenó a García Luna tenían la suficiente formación en lógica y cultura científica para juzgar la validez de “las pruebas” ofrecidas durante el juicio? ¡Y ya ni mencionemos el nefasto papel de los medios masivos de comunicación!
¿Se dan cuenta, mis amigos, del nivel de imbecilidad inherente al Juicio de Genaro García Luna? Y para concluir: ¿escucharon, ustedes, una sola voz sensata exigiendo la legalización de todas las drogas?
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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.
