Francisco Garfias.
Aunque el ministro de la Suprema Corte de Justicia, Alberto Pérez Dayán, asegura que fue “excesivamente bien tratado” en la ceremonia para conmemorar el Día del Ejército, no deja de llamar la atención que lo hayan relegado fila de atrás.
Nos cuenta que originalmente tenía un lugar asignado en la primera fila, al lado del secretario de Marina, José Rafael Ojeda, pero cuando llegó al lugar del evento, en Zumpango, Estado de México, los organizadores le avisaron que había un “ajuste” en la distribución de los lugares.
Sabedores de que era una descortesía, por decir lo menos, los organizadores le hicieron saber que si quería, podía retirarse. Pérez Dayán optó por quedarse.
“Más allá de esa falta de previsión el trato fue cortés y cuidadoso. Adán, Claudia, Rosa Icela y Leticia Ramírez, muy amables. El presidente y su esposa cuidadosos, institucionales. Sentí como una integración constructiva”, nos dijo en ministro.
Como sea, es la segunda vez que al representante del Poder Judicial lo desplazan de lugar en una ceremonia oficial para alejarlo del presidente de la República, quien no lo oculta su desprecio por la Suprema Corte.
El 5 de febrero, en el Teatro de la República de Querétaro, movieron a Norma Piña, presidenta de la SCJN, casi al extremo izquierdo de la primera fila.
La que estuvo muy cerca del presidente de la República en el estrado fue Claudia Sheinbaum. ¿Un adelanto de cómo vienen las encuestas?
Es cierto que a la misma distancia del presidente, pero del otro lado, estaba el “plan B”, Adán Augusto López Hernández, cuya presencia en el lugar, como secretario de Gobernación, tiene más lógica.
AMLO, no sobra decirlo, esa obsesionado con un INE a modo. El único obstáculo real que queda para lograr un árbitro electoral débil es la SCJN.
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Alejandro Romano, representante de la ministra Yasmín Esquivel Mossa, compareció ayer por segunda vez ante el Comité Universitario de Ética por el supuesto caso del plagio de tesis.
Su presencia echa por tierra las especulaciones de que la juzgadora se amparó para frenar las investigaciones en su contra, derivadas de una denuncia presentada en un columna periodística por el investigador de la UNAM, Guillermo Sheridan.
Romano presentó un escrito en el que su representada ofrece pruebas de que ella es la autora original de la tesis que dio lugar a las acusaciones de plagio. La alumna Yasmín Esquivel, dijo, “está siendo sometida a un procedimiento notoriamente arbitrario.”
Las pruebas consisten en exámenes periciales, declaraciones de la directora de tesis, Martha Rodríguez; del supuesto plagiado, Edgar Ulises Gutiérrez; constancias relativas a declaraciones realizadas por diversas personas…
Romano hizo notar que “la violación principal” en el procedimiento que se le sigue a la ministra es que la autoridad determinó, primero, que Yasmín Esquivel había copiado su tesis y después la llamó para que se defendiera. “Eso implica el mundo al revés”, dijo.
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El primer gobierno de la izquierda democrática latinoamericana en condenar la decisión del déspota nicaragüense, Daniel Ortega, de despojar de su nacionalidad a 222 presos políticos y a otros 94 escritores, intelectuales y sacerdotes y ciudadanos, fue el del chileno Gabriel Boric.
“No sabe el dictador que la patria se lleva en el corazón y en los actos, y no se priva por decreto”, escribió en twitter.
Le siguió el ex guerrilllero del M-19 y presidente de Colombia, Gustavo Petro. En la misma red social mandó mensaje al tirano de Nicaragua:
“América Latina debe ser un espacio sin presos políticos y sin presos sociales. Toda violación a los derechos humanos debe ser condenada por toda la comunidad internacional. Mi solidaridad con los 94 nicaragüenses que fueron despojados de su nacionalidad”, dijo.
¿Y López Obrador cuando va a dar su postura? ¿Será que se identifica mas con el eje Cuba- Nicaragua-Venezuela? Son preguntas, no se me alboroten.
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El prestigiado semanario británico The Guardian, fundado en 1821, publicó en su último número un reportaje sobre un centenar de hombres y mujeres de todo el mundo que tienen más de un siglo de vida y una trayectoria distinguida.
Entre ellas aparece una mexicana: Concepción Calvillo, la viuda del doctor Salvador Nava. Nacida en San Luis Potosí hace 105 años, es presentada por el semanario como enfermera y activista. Es también un referente de la lucha ciudadana por la democracia y la resistencia civil pacífica.
Para llevar una vida plena como la suya, Doña Conchita recomienda moderación y prudencia.
“La moderación –precisa– es evitar los excesos en todos los sentidos desde una edad temprana, incluso en tiempos difíciles. Siempre trate de mantener unida su familia, aún cuando haya diferencias; y nunca se quede estancado en el pasado o sus dificultades”.
FIN.