Raúl Flores Martínez.
La tala clandestina se está volviendo cada vez más frecuente en los bosques del Estado de México, principalmente cerca de las Zonas Naturales Protegidas, sin que ninguna autoridad pueda hacer algo al respecto.
Ayer nos dimos una vuelta por el llamado Paso de Cortés que conecta al Parque Izta-Popo, durante el recorrido pudimos observar decenas de árboles cortados a pie de carretera. Los pedazos de troncos a la orilla de la vialidad, tienen una razón, subirlos rápidamente para sacarlos de la zona.
De acuerdo con la Información Filtrada en esta zona, se han ubicado a ocho grupos de talamontes de San Pedro Nexapa que semanalmente cortan de 120 a 140 metros cúbicos de madera de los montes ejidales, comunales y de la zona protegida.
Esta madera que es sacada de manera ilegal de estos bosques, la comercializan en seis aserraderos del municipio de Amecameca, Ozumba, San Juan Tehuixtitlán, Tlalmanalco, Ayacapa y Chalco por un precio por debajo del convencional; es decir, el metro cúbico cuesta entre los mil 100 y mil 200 pesos; mientras que los talamontes lo venden en 800 pesos con la finalidad de tener el dinero en efectivo de inmediato y desaparecer el delito.
Por lo menos son 10 kilómetros, desde la zona denominada “El Paraje” hasta el conocido, como “Texocotla de la carretera federal Paso de Cortés, donde se ve la devastación que están dejando los talamontes en esta parte de la zona oriente del Estado de México.
Una actividad que se realiza a todas horas del día, principalmente entre las 3 y 7 de la mañana, bajo la complicidad de algunos elementos de la Policía Estatal, quienes son los encargados de vigilar esta zona, donde casualmente no transitan en este horario.
Lo qué es peor de este ataque a los bosques, es que la fauna que habita en esta zona, como los coyotes han comenzado a caminar por la carretera a expensas de que sean atropellados por los automovilistas que van al Parque Izta-Popo.
Ya está el problema desde hace un par de años, un problema que ha sido denunciado a las autoridades correspondientes; sin embargo, misteriosamente las autoridades de los tres niveles de gobierno, no han actuado a pesar de que los mismos pobladores de San Pedro Nexapa, saben quienes son los que integran las ocho bandas de taladores furtivos de la zona.