Rubén Cortés.
La Secretaría de Salud gasta 37.9 en fotocopias, en la época de las pantallas electrónicas. Sí, pero mandó a Guerrero vacunas anticovid caducadas, para aplicarlas a niños de cinco a 11 años. Es la lógica de la austeridad de este gobierno: un desastre descomunal.
Pero no es asunto de ineficacia, solamente. Tampoco de ahorrar dinerales para gastarlos en comprar votos, tal cual indica el librito del castrochavista Foro de Sao Paulo, por el cual se rige el actual gobierno mexicano, hasta para escribir los libros de texto para niños.
Con la vacuna anticovid es, además, un tema de mentiras, desde que entramos en la coalición de clientes de la vacuna rusa (con India, Corea del Norte, Brasil, Arabia Saudita, Turquía y Cuba) y dijo: “Yo sería el primero en ponérmela”. Pero jamás se la puso.
Y el canciller Ebrard aseguró que, tras una reunión sobre el convenio para el acceso a la vacuna (con Argentina y AstraZeneca) se acordó que ésta costaría de tres a cuatro dólares, y que el monto lo absorbería el Estado mexicano. Nunca tuvimos aquella vacuna.
O, cuando hace una semana, López-Gatell anunció que tendremos soberanía en producción de medicinas, al fabricar la vacuna anticovid Patria, que no es mexicana, porque es de un proyecto en Nueva York, en el que México metió 150 millones de dólares.
Ajá: todavía no llega la Patria, pero ya tenemos soberanía en producción de vacunas, aunque venga de Estados Unidos. Y, como no hay, el gobierno autorizó el uso de vacunas anticovid caducadas, en dos mil 410 escuelas de Guerrero. Un desastre.
Pero la Secretaría de Salud gastó 37.9 millones de pesos en fotocopias en 2022, mediante un contrato con la empresa Solinek SA de CV. Sin embargo, con esos 37.9 millones de pesos podría haber comprado 189 mil 877 dosis de vacunas anticovid.
Es criminal, porque el Covid sigue matando mexicanos. Según el gobierno, el año arrancó con promedio de dos mil 699 contagios y tres muertes diarias. Hay 32 mil 237 casos activos. El virus ya afectó a 7.6 millones de mexicanos y mató a 346 mil 065.
Peor: quien toma las decisiones sobre la pandemia en el país es Hugo López-Gatell, a quien la más respetada publicación médica del mundo, The Lancet, lo nombró como el funcionario más irresponsable del mundo, en 2022.
Además, su jefe el presidente prometió en 2020 que la vacuna anticovid sería “universal y gratuita”. Pero todavía no hay las vacunas necesarias. O, si hay vacunas, pero están caducadas. De qué vale, pues, que sea universal o gratuita.
Aunque cuando en Guerrero le dijeron: “No hay medicamentos, señor Presidente”, éste contestó “Ahora no, pero va a haber”.
Y, entonces, todos aplaudieron.
