Francisco Garfias.
Tuvimos acceso a la carpeta CI-FIEC/ACI/UI-2 C/D/00647/12-22 sobre el supuesto plagio de tesis de la ministra de la SCJN, Yasmín Esquivel Mossa. Les podemos adelantar que vienen pruebas no exhibidas hasta ahora.
Esas pruebas tienden a confirmar la aseveración que hizo la asesora de tesis, Martha Rodríguez Ortiz, en el sentido de que el copión es Edgar Ulises Báez Gutiérrez, abogado que el portal Eje Central localizó en Xochimilco, viviendo en condiciones precarias.
No hay duda que ambas tesis son iguales. Lo aseguró la FES Acatlán después de un riguroso análisis. Lo confirmó la UNAM. Hubo plagio, de eso no hay duda.
La pregunta es quién copió a quién. La ministra dice que la tesis “Inoperancia de los sindicatos en los trabajadores de confianza del Articulo 123 apartado A”, es obra suya.
Edgar Ulises le declaró a Eje Central :“La lógica lo disipa todo: el que se titula primero evidentemente tiene el texto original”.
El abogado aseguró, además, que no había sido llamado a testificar.
En esa entrevista con Eje Central, el reportero Juan Carlos Rodríguez le preguntó: ¿A usted (Martha Rodríguez) le compartió cosas de Yasmín Esquivel?
—Solamente algunas ideas. Vuelvo a repetir: un sinodal es semejante a un guía del camino, que orienta a los alumnos, asesora y les explica si está bien o está mal lo que están haciendo—respondió.
Eso parece una confesión. ¿Solamente algunas ideas? ¿Cuántas? ¿Cuáles?
No está de más recordar que la asesora Rodríguez Ortiz fue despedida por la UNAM, el pasado 18 de enero, por “falta de probidad y honradez”, luego de haber admitido que compartió la tesis de Esquivel con varios alumnos.
***
El hecho de que Edgar Ulises Báez se haya titulado un año antes juega en su favor. Pero en su contra está la carta que escribió el pasado 27 de diciembre en la que confiesa abiertamente que tomó varias referencias y texto de Esquivel.
La misiva notariada dice textual:
“En aquel tiempo recuerdo que como asunto relevante estaba el tema de los sindicatos, por lo que acudí con mi asesora de tesis (Martha Rodríguez Ortiz), quien me mostró un trabajo que estaba realizando otra alumna (Yasmín Esquivel) sobre el mismo tema. De ese trabajo tomé varias referencias y texto, porque necesitaba acabar la carrera rápido.
Y más adelante: “quiero aclarar de manera libre y voluntaria que pude tomar varias partes de su trabajo en el año 1985 a 1986. Lo anterior para los efectos legales y administrativos de las autoridades universitarias a las que haya lugar.”
La carpeta incluye también el capitulado de la tesis de Esquivel Mossa. Está firmado por la asesora de tesis, Martha Rodríguez Ortiz, y por la alumna Yasmín Esquivel.
La fecha está escrita a mano: Dic 85. Por la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México firma Araceli Gómez de los Santos, agente del Ministerio Público.
El escándalo del plagio estalló el 21 se diciembre del 2022. Faltaban once días para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolviera la sucesión de Arturo Zaldívar. Yasmín Esquivel fue una de las ministras que levantó la mano. Lejos estaba de imaginar lo que se le venía.
En su entorno están convencidos de que la campaña en contra de la ministra se orquestó dentro de la SCJN. “Querían bajarla, pero se les pasó la mano”, sostienen. ¿Quién? Al oído nos soplan los nombres de los ministros Arturo Zaldívar y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
El escándalo reventó ese 21 de diciembre, en el portal Latinus apareció la colaboración del escritor y académico de la UNAM, Guillermo Sheridan, en la que acusaba a Yasmín Esquivel de haber plagiado la tesis de Edgar Ulises Báez.
Muy lejos estaba de imaginar lo que había detonado. Lo que empezó como una denuncia en un medio digital hoy es casi un asunto de estado. El presidente López Obrador se involucró en defensa de la ministra y acusó “politiquería”. De paso se llevó entre las patas a la UNAM y al Rector Enrique Gruae, al que comparó con Poncio Pilatos.
Guillermo Sheridan se vio obligado a aclarar que su denuncia no obedeció a órdenes, consejos, ni pitazos de nadie.
El tema, sobra decirlo, ha puesto en entredicho la credibilidad no sólo de la UNAM, sino también de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. No son pocos los que exigen a Esquivel su renuncia. La ministra revira: “no voy a renunciar, no tengo de qué avergonzarme.”
FIN.