Por. José C. Serrano
Beatriz Gutiérrez Müller nació en la Ciudad de México hace 54 años, hija del mexicano Juan Gutiérrez Canet y de Nora Beatriz Müller Bentjerodt, una chilena de ascendencia alemana.
Se graduó en ciencias de la comunicación en la Universidad Iberoamericana (UIA) Puebla. En esa misma institución cursó la maestría en letras iberoamericanas. Posteriormente, obtuvo el doctorado en teoría literaria en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa.
Entre 2001 y 2002, fue directora de Difusión en el Gobierno del Distrito Federal, mientras Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fungía como jefe del Ejecutivo local. En esta época se conocieron, y en 2006 contrajeron matrimonio.
Tras el triunfo de AMLO en las elecciones de 2018, Gutiérrez Müller anunció que no sería primera dama en el gobierno de su cónyuge y, difundió la supresión de esta figura protocolaria sin funciones ni responsabilidades concretas. Ella aspiraba a ocupar un cargo en el que vinculara su afición por la historia con su formación como literata. Mas no como historiadora.
El mes de noviembre de 2018, en el Archivo General de la Nación (AGN) fue presentado el proyecto de la Coordinación de Memoria Histórica, una iniciativa impulsada por el presidente electo López Obrador, que buscara preservar y difundir la historia del país.
“Desde la Secretaría de Cultura de la próxima administración nos sumamos con júbilo a este gran proyecto para el cuidado de acervos que se encontrarán bajo nuestro resguardo, así como la digitalización del patrimonio artístico y documental, elementos fundamentales de la memoria de México.
“Propiciaremos que en las comunidades del país, en todas y cada una de sus lenguas, enriquezcan la memoria de la nación con su tradición oral e historias locales, la cultura de hoy es la cultura del mañana”, dijo Alejanadra Frausto, secretaria de Cultura en ciernes.
Eduardo Villegas, colaborador del proyecto, resaltó la importancia de mantener en estado vital los archivos históricos del país, pues “la memoria tiene como sustento una materialidad sin la cual se desvanece, de ahí la importancia de preservar y difundir su fuente primaria, los registros escritos”.
Ese proyecto tan vitoreado se convirtió en la Coordinación de la Memoria Histórica y Cultural de México, adscrita a la Oficina de la Presidencia de la República, bajo la dirección de Beatriz Gutiérrez Müller, presidenta del Consejo Asesor.
Dicha coordinación fue la encargada de desarrollar las estrategias para difundir, proyectar y garantizar el derecho a la memoria de la nación; así como concertar acciones de cooperación con instituciones públicas y privadas, nacionales e internacionales, y la sociedad en general, con la finalidad de impulsar la memoria histórica y cultural de México.
De igual forma, esta coordinación fue la encargada de la Estrategia Nacional de Lectura, la cual buscaba cobijar, inducir y hacer visibles todas las acciones que se llevaran a cabo a propósito de la lectura en tres ejes: formativo, material y persuasivo.
Sin mayor explicación, la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México, donde participaba la escritora Beatriz Gutiérrez Müller como presidenta del Consejo Asesor, fue derogada por el presidente López Obrador el pasado viernes 20 de enero.
A través de un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el jefe de Ejecutivo federal hizo diversas modificaciones al Reglamento de la Oficina de la Presidencia de la República en las que derogó esta coordinación, así como la figura de secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad (CNS).
En la memoria de Beatriz Gutiérrez Müller quedará el recuerdo de cuando viajó en 2020 a París, Francia; Roma, Italia; y Viena, Austria, para conseguir objetos arqueológicos de México. El viaje por Europa tuvo un costo con cargo al erario público de 64 mil 533 pesos.