Francisco Garfias.
El reparto de candidaturas en el seno de la Alianza va por México ha producido un descontento enorme no sólo en el PRD –el menor de los tres partidos de la coalición– sino entre priistas convencidos de que ya se entregó la candidatura presidencial al PAN, a cambio de encabezar el Edomex y Coahuila.
No confían en que Acción Nacional, el partido más fuerte de la coalición, vaya a soltar la candidatura presidencial, después de ceder al PRI las dos entidades con elecciones este año.
El Pacto Alito-Marko, acordado el pasado mes de diciembre, dice que los herederos de Manuel Gómez Morín van a conducir y “siglar” el proceso para la elección del abanderado presidencial y el de la CDMX.
El senador Miguel Osorio habló ayer por primera vez de ese acuerdo apenas anunciado por Marko Cortés y Alito Moreno. El ex titular de Gobernación celebró el pacto, pero advirtió que se adelantaron a los tiempos. “Hay que platicar con MC que, para mí, es fundamental que esté en la Alianza”, dijo.
Añadió: “La elección se debe abrir a la población para que puedan determinar al candidato presidencial de la Alianza. Por supuesto que no estoy de acuerdo que solamente los militantes de un partido político sean los que determinen al próximo candidato de la Alianza.
“Se debe abrir el proceso para que sea la población en general la que determine el candidato de cualquier partido político o de la propia sociedad civil”.
Beatriz Paredes y Claudia Ruiz Massieu, ambas ex dirigentes del tricolor, también rechazaron el Pacto Marko-Alito. Las dos sendoras se pronuncian a favor de que el candidato presidencial se defina en un proceso abierto en el que participen militantes de los partidos y la sociedad civil.
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Del tema hablamos con Julen Rementería, coordinador de los senadores del PAN y aspirante a la candidatura a gobernador de Veracruz.
Nos dijo que en una alianza hay que ponerse de acuerdo en que le toca a un partido y lo que le toca al otro, pero coincidió con Osorio, Beatriz y Claudia: “algo que me parece indispensable es que se tiene que incluir a la sociedad civil.”
Julen está convencido de que fue la sociedad civil la que motivó que ese acuerdo se diera. “Hay que pagarle con posiciones y posibilidades de postular ciudadanos”, nos dijo.
El jefe de la bancada panista en el Senado citó Palabras de Marko Cortés para aclarar que el famoso pacto no implica que necesariamente tenga que ser un panista el candidato. “No hay un acuerdo que diga ´aquí va a ser un panista y acá un priista”, puntualizó.
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Lo que debería preocupar a las autoridades de este país no son los sabotajes en el Metro que imagina Claudia Sheinbaum, sino que en las elecciones de junio, en Coahuila y Estado de México, no se meta el crimen organizado.
Ya en el 2021 tuvimos unos comicios contaminados por la intervención de “los malosos” -el copyright es de Ernesto Zedillo-, particularmente en Michoacán y Sinaloa.
El entonces gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, realizó incluso una cruzada en México y en Estado Unidos para denunciar la “mano negra” del narco en las elecciones que llevaron a la guberntura al morenista Alfredo Ramírez Bedolla.
Pruebas en mano fue al Zócalo a pedir audiencia con el presidente de la República. No lo pelaron. Se quedó sentado fuera de Palacio Nacional en un banquito. No era tema del que AMLO quisiera hablar.
El senador Mario Zamora, entonces candidato a gobernador en Sinaloa, denunció privación de la libertad, amenazas y agresiones contra operadores y candidatos priistas y de la alianza PRI, PAN y PRD.
Son pocos los que se atreven a abordar el tema por miedo o por conveniencia. Ricardo Monreal, convertido a oficialmente en una de las corcholatas de Morena, sí lo hizo ayer.
En un video que subió a las redes sociales tocó el espinoso asunto. Dijo:
“La elección de junio es un preámbulo para la elección del 2024… Y uno de los temas que tenemos que cuidar con mucho celo es el de recursos provenientes de actividades ilícitas que, tanto en el Estado de México como en Coahuila, quienes se dedican a esas actividades ilícitas, pudieran estar tentados a financiar las campañas de los partidos.”
Es un axioma – verdad que no necesita ser comprobada– decir que el crimen organizado ayudó a Morena a ganar en la Región del Pacífico. La captura de Ovidio, sin embargo, perfila un cambio en las reglas del juego
FIN