Rubén Cortés.
Los 21 gobernadores que defienden hoy a Sheinbaum por el accidente del Metro, son los mismos que gastarán en sus estados el presupuesto para darle votos, y sea la próxima presidenta: 32 gobernadores a sus órdenes ¡Más los que se agreguen este año!
Su machote para defenderla es “enfrentar el uso político” del choque entre dos trenes, que dejó una fallecida y 60 heridos. Fue el accidente número 432 en cuatro años de gestión de Sheinbaum, como Jefa de Gobierno.
Pero ¿”Uso político”? ¿Sí? Porque no hay que olvidar que el maestro en el uso político de las tragedias es el partido político del que emanaron esos 21 gobernadores, y Sheinbaum. Para muestra, el botón de los muertos durante los sismos de 2017.
También es el mismo partido que, para llegar a la presidencia, hizo uso político de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, al exigir que “vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Pero, ya en el poder, admitió que fueron secuestrados, asesinados e incinerados.
Y los 43 de Ayotzinapa fueron secuestrados, asesinados e incinerados (como hoy ocurre con los accidentes del Metro) en un lugar gobernado por políticos morenistas. Fue público el apoyo que dio al alcalde el actual mandatario, en todo caso.
Aunque el uso político de la tragedia de los sismos de 2017 es la joya de la corona. Porque Morena creó el fideicomiso “Por los demás”, con número 73803, en Banca Afirme, según anunció boletín 017-285 del 3 de octubre de 2017.
Morena reunió 78,8 millones de pesos, de los cuales 44,4 millones fueron en efectivo y nunca se supo quiénes los aportaron. Hasta el 31 de mayo de 2018, un total de 70 personas sacaron 64,5 millones en cheques de caja de ese fideicomiso.
De aquellos 70 sujetos que sacaron 64,5 millones en cheques de caja del fideicomiso de Morena, ninguno era damnificado y todos eran militantes de Morena. Y, al ser cambiados a efectivo, la autoridad no pudo seguirle el rastro. ¡Igualito que el Pemexgate!
El INE consideró que Morena cometió fraude a la ley, y que el fraude siempre implica dolo, por lo que sancionó a Morena con 197 millones de pesos: cantidad que representaba 250 por ciento de los ingresos recibidos en una operación ilegal.
La trampa a la ley estuvo en, en México está prohibido que los partidos reciban dinero en efectivo; y toda aportación debe provenir de personas identificadas, y siempre a través de transferencias bancarias.
Pero el ya para ese entonces candidato de Morena ganador de la elección acusó al INE de “complot”, ejecutar de una “vil venganza” y que sus consejeros tenían “falta de honorabilidad”. Y no hubo sanción a Morena.
Por favor: son los reyes del uso político.