Raúl Flores Martínez.
No es un secreto que la Ciudad de México, es una buena ciudad para pasar desapercibido ante los ojos de las autoridades, como es el caso de un grupo de reclutadores de sicarios que, por un pago de 5 mil pesos semanales, matan a quienes se les indique.
Recientemente la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, dio a conocer que tienen detectado a un grupo reclutador de sicarios que es trasladado a Quintana Roo para ponerse al servicio de un grupo criminal, ese grupo es el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Los reclutadores son parte de la Unión Tepito, la organización local de la capital del país que ya inicia en la distribución y captación de sicarios sin experiencia y que solo por droga y dinero, se trasladan al sureste mexicano con la finalidad de tener un sueldo de cinco mil pesos a la semana.
Esos sicarios que sueñan ascender en la escala del crimen organizado con cinco mil pesos en su bolsillo, cinco mil pesos que en algunas ocasiones no logran cobrar por dos razones, los matan o los detienen.
Un sicario es un sujeto que se dedica a cometer asesinatos a cambio de dinero. Por eso suele decirse que un sicario es un asesino a sueldo o un asesino por encargo. En estos casos, el individuo ofrece la acción de matar a otra persona como si fuese un “servicio”, en el sentido de que es contratado y obtiene dinero a cambio de cumplir con su tarea.
Los sicarios, por lo tanto, no matan por venganza personal, motivos religiosos, cuestiones políticas o en ocasión de robo, sino que lo hacen por retribución económica.
En la actualidad, estos nuevos sicarios se venden por algunos gramos de cocaína, cristal, marihuana o metanfetaminas para ingerir a su antojo, solo droga que los lleva a su meta final, qué es la muerte.
Con esto nos damos cuenta que los apoyos de jóvenes construyendo el futuro, qué bimestralmente da alrededor de 2 mil 450 pesos mensuales, son rebasados por los 20 mil pesos que reciben de pago los sicarios capitalinos.
Es ahí como se acaba el mito de esta cuarta transformación de que los jóvenes, serán apartados del crimen organizado con las limosnas que ofrece la actual administración federal, esas limosnas que en algunos jóvenes las utilizan para saciar sus adicciones.
La fantasía de la CDMX a cabo con el crecimiento de los grupos criminales, que ahora se da el lujo de enviar sicarios a otros estados del país con la finalidad de seguir con la ola de inseguridad en la que está envuelta el país.