México.- El ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, (SCJN), Arturo Zaldívar, condenó el patriarcado en México, mencionando que los hombres están obligados a ser solidarios con la lucha de las mujeres.
En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el ministro presidente señaló que algo que ha aprendido a lo largo de los años sobre las mujeres es que se vive en un mundo patriarcal.
“He aprendido que vivimos en un mundo patriarcal, en el que ser mujer implica vivir en discriminación. Implica vivir conforme a expectativas sociales que confinan a las mujeres a ciertos roles, a ciertos modelos de feminidad, de los cuales apartarse puede resultar mortal”, comentó.
Zaldívar señaló que la sociedad actual implica vivir en un mundo diseñado para el beneficio de los hombres, en el que: “las mujeres están para facilitar que así funcione, para asegurar la reproducción, el cuidado del hogar, la organización de la vida doméstica y la educación de futuras generaciones que reproduzcan este pacto”.
Asimismo, mencionó que la desigualdad estuvo históricamente avalada por las leyes, pues las constituciones excluían a las mujeres de la ciudadanía: los códigos civiles estructuraban la familia en torno a roles estereotipados; y las leyes penales asignaban un valor inferior a la vida de las mujeres.
El ministro presidente añadió que la violencia contra las mujeres es parte de la hechura de nuestra sociedad y constituye una violación de los derechos humanos; así como una ofensa a la dignidad humana, por lo que “prevenirla, sancionarla y erradicarla es un compromiso internacional, es un deber constitucional y es una exigencia moral”, sentenció.
“El patriarcado va a caer. Ellas lo están tirando. Ellas son las protagonistas de ese cambio, pero nos toca ser solidarios con su lucha (…) el patriarcado tiene que caer. No es cuestión de ideología: es cuestión de derechos”, sostuvo.
Arturo Zaldívar pidió que antes de descalificar, opinar o juzgar hay que escuchar y poner atención a lo que ellas exigen, pues explicó que ellas demandan algo esencial y básico para la dignidad humana: “Nos piden una vida sin violencia”.
Por último, reiteró a las mujeres, jóvenes y niñas, que tienen, y tendrán siempre, en él a un aliado y socio: “Seguiré apoyando su lucha para que sus voces sean escuchadas, para que sus reclamos sean satisfechos, hasta que la igualdad y la erradicación de la violencia sean una realidad. Hasta que la dignidad se haga costumbre”, concluyó.
Redacción
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