México.-Se sabe que la comida chatarra y los alimentos altamente procesados, cereales azucarados, dulces y donas a la larga resultan dañinos para la salud, pero un nuevo estudio ha revelado que son peligrosos como las drogas.
Las investigadoras de la Universidad de Michigan, han dicho que la comida chatarra cumple con los criterios oficiales que, al igual que los cigarros, la considera droga desde inicios de la década de 1990.
Los criterios considerados en la reciente investigación sobre la comida chatarra y la salud, incluyeron datos en relación a:
- La alteración del estado del ánimo en el cerebro
- Propiedades que refuerzan la adicción
- Consumo constante a pesar de no tener hambre
La doctora y profesora en psicología de la Universidad de Michigan, Ashley Gearhardt, señaló que la comida chatarra o alimentos procesados son considerados como drogas.
Esto, porque su textura y su sabor no tienen el objetivo de nutrir.
En lugar de tener vitaminas o algo que nutra, pueden crear adicción con cambios químicos relacionados en el cerebro, especialmente con la función de dopamina.
El estudio reveló que se afecta el estado de ánimo de manera considerable, si se consume comida chatarra.
“Afecta el bienestar o el estado de ánimo de una manera que es procesable para el cerebro”.
ALEXANDRA DIFELICEANTONI, DOCTORA Y PROFESORA DE INVESTIGACIÓN DE COMPORTAMIENTOS DE LA UNIVERSIDAD DE VIRGINIA TECH.
Los participantes del estudio compararon la comida chatarra con el contenido químico de los cigarros y llegaron a la conclusión que ambos generan dependencia.
Se busca que al igual que los cigarros se restringa la venta de a menores de edad y se publiquen diversas regulaciones de salud.
Además otro de los reclamos se dice que la comida chatarra aumenta las probabilidades de desarrollar obesidad y cáncer.
Las científicas se basaron en evidencias para lanzar sus peticiones de salud. Actualmente, México sufre un problema con el sobrepeso y la obesidad en niños y adultos.
De acuerdo con datos de la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), al menos 1 de cada 20 niños y niñas menores de 5 años de edad padece obesidad.