Fernando Moctezuma Ojeda.
Este domingo, 13 de noviembre, cientos de miles, quizás millones de personas, salimos a la calle, en más de 50 ciudades de todo el país con una sola voz: ‘defender al INE’. Sin embargo, queda una gran incógnita en el aire: ¿después de la marcha, qué?
La defensa de nuestro Instituto Nacional Electoral no puede, ni debe limitarse a un solo día, y mucho menos depender de coyunturas como la actual para que, entonces salgamos a defenderlo.
La defensa de nuestros órganos autónomos debe volverse una costumbre; conocer sus historias y el origen de su existencia, un deber, y sin esperar a que estén en riesgo, para entonces ‘saltar’ por ellos.
Ya la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se convirtió en una institución ‘zombi’. Es decir: muerta, pero a las órdenes de quien ha decidido servir. El poder Legislativo, poco más de lo mismo; el Judicial, casi igual.
Entre que se rescatan, y no, no podemos permitir que se nos caigan otras que, al igual que el INE, son conquistas meramente ciudadanas. Debemos recordar constantemente que el Gobierno, del color que sea, nunca nos ha regalado nada.
La semana pasada comentábamos en este espacio, por ejemplo, las tres décadas de evolución del órgano electoral para llegar a ser lo que hoy conocemos; y si bien, sabemos que no es perfecto, sí es perfectamente funcional, cosa que casi ninguna dependencia o secretaría de Estado puede presumir hoy.
De hecho, actualmente ninguna secretaría puede hacer ni decir nada, si no es dicho por boca propia del presidente, o por lo menos, dado a conocer en su cúpula.
No es exageración. Quienes tengan la suficiente edad podrán recordar y confirmar que, hasta el sexenio anterior, cada Secretaría organizaba sus propios eventos, en sus propias sedes, muy aparte de Los Pinos, para dar sus propios anuncios.
Hoy, para bien o para mal, y como muestra del egocentrismo y ambición de poder, no se dice ni sucede absolutamente nada, si no es con el visto bueno de Palacio Nacional –y baste recordar las conferencias vespertinas durante la pandemia–.
¿De verdad vamos a esperar a que sea el presidente quien, desde una mañanera, anuncie quién será la o el próximo titular del Ejecutivo Federal? Perdón. Yo sé que suena descabellado; pero si algo ha demostrado esta administración, es eso mismo.
Dijo Enrique Tierno Galván que “el poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla”. Yo: #SóloDigoLoQueVeo.
JUEGO DE CARTAS:
PRESUPUESTO: Luego de una semana de discusiones, y más estires que aflojes, se aprobó el gasto público por más de 8 billones de pesos para el próximo año. Lo que no queda claro es de dónde van a sacar esos recursos, con previsiones que son, cuando menos, cándidas. ¿Conoce usted el cuento de la lecherita? //MONREAL: Mientras todo sucede, al interior del Senado de la República, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila recibió el respaldo de 88, de las 128 senadoras y senadores, ante los ataques de los que ha sido víctima por parte de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores. Ese número, 88, es casi mágico en este contexto, simplemente porque representa la mayoría calificada de la Cámara Alta. Nada menos.
P.D: Más vale soltar a tiempo, que ahogarse con la corriente.
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