Carlos Arturo Baños Lemoine.
El feminismo es un cáncer social, ni duda cabe. Sobra evidencia empírica de su carácter funesto para el desarrollo ordenado de la sociedad. Y a la vista está un caso reciente, que involucra al Colegio de Ciencias y Humanidades “Plantel Sur” de la UNAM.
Según información dada a conocer a través de las redes sociales, información hasta ahora no demostrada, una alumna de ese plantel fue violada en un baño del Edificio P, el lunes 17 de octubre, a las 16:00 hrs. Se trata, pues, de una supuesta violación.
De inmediato, las sectas feministas del plantel tomaron este asunto para sacar provecho político y para desplegar su consabida violencia totalitaria disfrazada de “exigencia de justicia”, al grado de que, el viernes 21 de octubre, se presentaron en la asamblea que las autoridades educativas de ese plantel estaban realizando para analizar el asunto de la supuesta violación, y, allí, las sectas feministas cometieron varios ilícitos: daño a la propiedad, allanamiento, lesiones, homicidio en grado de tentativa, ataque a la paz pública, sedición, motín y hasta terrorismo. En las redes sociales y en la prensa sobra evidencia empírica al respecto.
Ante esto, las blandengues, sumisas e irresponsables autoridades universitarias se limitaron a emitir un comunicado, a través del cual reprueban los actos de violencia por parte de las sectas feministas y se declaran dispuestas a esclarecer los hechos. De nueva cuenta, queda demostrado que las sectas feministas pueden delinquir todo lo que quieran en este país, porque no habrá consecuencias legales. En México, la delincuencia feminista goza de total impunidad.
La violación sexual es un delito y, para perseguirlo, se debe recurrir de inmediato al Ministerio Público, única instancia constitucionalmente facultada para ello. Y éste debe desplegar, de inmediato, todas sus capacidades de investigación para allegarse de los elementos probatorios que puedan servir de sustento para el ejercicio de la acción penal.
Así se debe proceder siempre y en todo caso. Ahora nos queda esperar resultados válidos, eficientes y profesionales por parte de una Jefa de Gobierno feminista, Claudia Sheinbaum, y de una Fiscal local feminista, Ernestina Godoy. Yo pronostico que este asunto quedará sobreseído por falta de pruebas.
No podemos esperar mucho de la UNAM, que está podrida hasta los huesos por la ineficiencia y el dogmatismo ideológico: su servicio de vigilancia es una porquería y sus aulas son, ante todo, centros de adoctrinamiento anti-científico, por eso allí pulula el feminismo.
Sirva la ocasión para insistir en la educación universal en línea, la cual nos permitirá, entre otras cosas, acabar definitivamente con las instituciones escolares obsoletas, como los son los CCHs y las preparatorias de la UNAM.
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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.