Rubén Cortés.
El presidente se ha puesto del lado de Rusia en la invasión a Ucrania en las dos únicas decisiones prácticas del conflicto: se negó a sumase a las sanciones económicas a Rusia y se negó a dar a Ucrania armas, que el Ejército mexicano no usa.
Sí, vota contra Rusia en las sesiones de la ONU, pero eso es un trámite diplomático burocrático, porque Rusia tiene derecho de veto. Así que, en lo que de verdad provoca bajas en la guerra, el gobierno mexicano está del lado del invasor.
Incluso, para disculparse con Rusia por el voto en su contra, el partido del presidente creó aquí el mismo día de la votación el grupo parlamentario de amistad con Rusia, con presencia de rockstar del embajador ruso a la Cámara de Diputados.
La muestra más reciente de apoyo a Rusia fue la negativa del presidente a facilitarle a Ucrania armamento de origen ruso, mucho del cual está en México desde la época de la Guerra Fría, como pistolas y municiones.
En el pasado, México apoyó con armas a las fuerzas republicanas, durante la Guerra Civil española; y a la revolución sandinista en Nicaragua, que luego se transformó en la actual dictadura de Daniel Ortega, aliada política, ideológica y diplomática de la 4T.
Y Ucrania necesita armas producidas en la Rusia actual y en la ex Unión Soviética, porque son las que los soldados y reservistas ucranianos conocen y están adiestrados para usar. Por eso Estados Unidos le pidió a México las que pueda, para mandarlas a Ucrania.
The New York Times publicó que el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, vino a México a pedir armas guiadas antitanques, FIM-92 Stingers, aparatos de radio portátiles militares, chalecos antibalas y cascos.
Pero el presidente no sólo se negó, sino que dedicó un par de sus conferencias matutinas a criticar al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien, a su vez, dijo que el mandatario mexicano quiere una tregua para que Rusia renueve sus reservas.
De hecho, en el peor momento para Rusia en la invasión, el 28 de septiembre pasado, México firmó un convenio con Rusia para instalar aquí el GPS con el que Rusia guía los ataques con misiles y bombardeos contra objetivos civiles, durante la invasión.
La propia agencia oficial de comunicación rusa, Sputnik, explicó que el acuerdo bilateral permite la instalación en México de estaciones terrenas para obtener señales del GPS ruso (el Glonass) en territorio mexicano.
No deja de ser una bipolaridad política e histórica que el actual gobierno mexicano tome partido por Rusia como invasor de Ucrania, siendo que México ha sido un país invadido por potencias a lo largo de su historia.
También es una muestra de impudor.