Rubén Cortés.
La línea aérea del Ejército será un fracaso económico como el AIFA, el cual tiene que ser pagado por el propio gobierno con dos mil 600 millones de pesos, porque no funciona. Pero el fiasco económico, será el mal menor de una línea aérea operada por el Ejército.
Un ejemplo muy cercano de una línea aérea operada por militares, en un gobierno populista es Conviasa, en Venezuela, cuyo aniversario fue presidido por el Comandante de la Aviación Militar Bolivariana y militares de Irán, Rusia, Bolivia, Cuba y Nicaragua.
El resultado de Conviasa se resumen en esta comunicación del gobierno de Estados Unidos, emitida la semana pasada:
“Las personas y entidades que ayuden materialmente, patrocinen o brinden apoyo financiero, material o tecnológico, bienes o servicios, en apoyo a Conviasa, puede exponerse a sanciones. Alentamos al Gobierno de Colombia a negar derechos de aterrizaje”.
Conviasa inauguró el aeropuerto Felipe Ángeles, obra que es niña de los ojos del presidente de México y que fue construida por el Ejército, es operada por el Ejército y sus ganancias son para pensiones del Ejército hasta el año 2071, por orden del presidente.
Hay que insistir en que militarización es eso: meter a los militares en tareas de la gobernanza civil y manejo de dinero público, porque no es su tarea en la organización de en sociedad libre, ni corresponde a los militares de acuerdo a la Constitución.
Militarización no es que, en caso de emergencia, los militares se encarguen de la seguridad pública, pues, en este caso, sólo actúan como fuerza coercitiva y no como empresarios ni funcionarios de organismos civiles. Imposible silbar y sacar la lengua a la vez.
En Cuba, Nicaragua y Cuba ha sido un desastre la vinculación de los militares a la gobernanza civil y el manejo de la economía. Y, de todos, la línea aérea de Maduro es el peor ejemplo, pues acabó sancionada por Estados Unidos por colaborar con terroristas.
Conviasa tiene bloqueada cualquier transacción con personas en Estados Unidos, pues el Ejército de Maduro, condenado en la ONU por crímenes de lesa humanidad, “la usa para trasladar a funcionarios del régimen corrupto y antidemocrático”.
La dictadura de Maduro utiliza Conviasa para promover su agenda política, como llevar a sus agentes a países como Rusia, Corea del Norte, Cuba e Irán. La semana pasada lo intentó con un vuelo a Bogotá, pero Estados Unidos lo impidió.
Fue la primera vez en que Washington apercibe a un país por agendar vuelos con Conviasa. Por ejemplo, en marzo Conviasa inauguró el AIFA sin problemas, con su vuelo 3726, que es de los pocos que ha habido allí, pues ni el propio presidente usa ese aeropuerto.
Pero vendrán muchos más apercibimientos. Claro.