Por. Rubén Cortés
Lo peligroso de la alianza cibernética, ideológica, política y diplomática con Rusia es que al establecer esos lazos te considera su cómplice. Rusia es como el narco: un círculo del que, si entras, no sales.
El sábado, el medio oficial ruso y la embajada en México informaron que Rusia y México acordaron instalar aquí para uso doméstico el GPS ruso, que Moscú utiliza para cohetes guiados y bombardeos.
No le importó a Rusia divulgar la información en medio del momento más delicado en la relación de México con Estados Unidos, que se encuentra en controversias cruciales relacionadas con el T-MEC.
Está en juego la envidiada posición de México como principal socio comercial de Estados Unidos en el mundo (520 mil millones de dólares este semestre). Pero a Rusia le vale sorbete. A Rusia le importa Rusia.
Divulgó la información sin respeto por el actual gobierno mexicano, al que trata como ayuda de cámara. Orinó en la puerta de uno de los pocos que la apoya sin sonrojos, en la invasión a Ucrania.
Porque la propaganda del gobierno mexicano es a favor de Rusia en la invasión a Ucrania. El presidente de México critica al de Ucrania, está en contra de sancionar a Rusia por la invasión. Abiertamente.
Sí, México rechazó en la ONU la adhesión rusa de los territorios ucranianos de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón. Pero también votó en contra de vigilar las violaciones a los derechos humanos en Rusia.
Y el presidente mexicano pidió una tregua en la guerra, en momentos que las tropas de Putin se baten en retirada. El presidente mexicano quiere que las tropas rusas se recuperen para su próxima ofensiva.
El Ejecutivo mexicano decretó reservar la información sobre agentes secretos de Moscú que, según acusaciones de Washington, espían desde México a Estados Unidos:
“Su divulgación afectaría la imagen de México en el exterior, implicaría menoscabo de la convivencia armónica entre los sujetos internacionales y vulnera la confianza del intercambio de información”.
En apoyo a la invasión rusa, Morena llevó al embajador ruso al Senado, quien dijo: “Rusia y México son aliados”. Es el mismo embajador que el sábado divulgó el acuerdo para usar aquí el GPS ruso.
En junio, hizo escala aquí un avión procedente de Rusia y piloteado por un terrorista buscado por el FBI, llamado Gholamreza Ghasemi y ubicado como alto mando de La Guardia Revolucionaria de Irán.
Lo que sucede es que el grupo político que gobierna hoy nunca entendió que el poder exige seriedad de Estado: que ya no es oposición, desde la que era un juego hacer turismo político y tomar vodka en Moscú.
Ahora se encuentra atrapados por un matón internacional.
Y Moscú no cree en lágrimas.
