Rubén Cortés.
El legado del presidente será una frase que mal harían sus sucesores en considerar siquiera. La dijo el 25 de junio de 2021 en el estadio de béisbol de Ecatepec: “No crean que tiene mucha ciencia el gobernar”.
Y, sí, en cuatro años de mandato, ha dirigido México con mentalidad de manager en el béisbol: resolver el partido de hoy, como Dios de a entender, porque mañana igual llueve… y suspenden el otro juego.
Le roban 6 TB de documentos a su gobierno en el hackeo más grande de la historia, y para el presidente no tiene mucha ciencia. Así lo explica:
“Es que es gente que se mete y saca toda la información”.
México es el séptimo país con los precios más caros (seis por ciento anual de inflación a septiembre), sólo superado por Egipto (6.6); Rusia (7.4); Pakistán (9); Brasil (10); Turquía (19.6) y Argentina (51.4).
Y para el presidente no tiene mucha ciencia. Así lo explica:
“Es como cuando un carro se calienta y se apaga. Si no se calienta, no hay inflación, pero no camina”.
México es el primer lugar mundial en muertes por COVID-19, seguido por Rusia, Italia, Estados Unidos y Brasil (329 mil 895 muertos), de acuerdo con la más respetada publicación médica del mundo, The Lancet.
Y para el presidente no tiene mucha ciencia. Así lo explica:
“Estar bien con nuestra conciencia, no mentir, no robar, no traicionar, eso ayuda mucho para que no dé el coronavirus”.
El hijo del Chapo Guzmán fue detenido y, posteriormente, liberado porque las fuerzas del gobierno federal se vieron desbordadas ante el poder de fuego de los narcotraficantes.
Y para el presidente no tiene mucha ciencia. Así lo explica:
1.- “Yo no estaba informado, le tengo mucha confianza al secretario de Defensa”.
2.- “Yo ordené que se detuviera ese operativo y que se dejara en libertad a este presunto delincuente”.
3.- “Tengo la conciencia tranquila, voy a ir a exponer mis razones del por qué no a la violencia”.
Un día después del pasado “Grito” en el Zócalo, el presidente negó lo que a muchos les pareció: que se había pasmado brevemente. Dijo que estaba bien y subía montañas para seguir estando al cien.
Y para el presidente no tiene mucha ciencia; 10 días después, tras el hackeo a la Sedena, explicó:
“Sí, es cierto lo que dicen ahí, estoy enfermo de varios padecimientos y en enero tuve riesgo de otro infarto, y ya había padecido uno en 2013. Y tiroides, pues sí, hipertensión”.
Aunque, más que con el béisbol, la filosofía del presidente para la gobernanza va con su juglar particular, Silvio Rodríguez:
Será que la necedad parió conmigo
La necedad de lo que hoy resulta necio