Por. Raúl Flores Martínez
Algo está pasando dentro de la Armada de México que en un periodo de tres meses, dos de sus aeronaves se han desplomado dejando un fatídico saldo de 17 elementos fallecidos y tres lesionados de gravedad.
El primer accidente se dio el pasado 15 de julio en Los Mochis, Sinaloa, tras haber participado en la captura del líder del Cártel de Caborca, Rafael Caro Quintero, aquí 14 elementos navales perdieron la vida.
El más reciente, el 1 de octubre, se registró al efectuar un vuelo de reconocimiento en inmediaciones de Frontera, municipio de Centla, Tabasco, durante las actividades operativas que realizaba a diario. Tres elementos de la Armada de México perdieron la vida.
Algo pasa en esta institución considerada la más transparente y confiable de la sociedad mexicana, algo pasa porque no es creíble que una aeronave se quede sin combustible, más si es parte de la Armada de México.
Por años como reportero en temas de seguridad, he cubierto la fuente de la Armada de México, he platicado con mandos, pilotos navales, mecánicos y todos, absolutamente todos, no permiten que ninguna aeronave salga sin combustible, incluso para traslados aéreos largos tienen su plan de vuelo que incluye reabastecimiento en puntos medios del viaje.
Algo está pasando dentro de la Armada de México que se les están desplomando sus aeronaves, esto es algo grave, sobre todo por los estándares de calidad que tiene esta institución que cuenta con mi respeto y admiración.
Son 17 familias que se han quedado sin un hijo, padre, esposo, hermano; 17 elementos navales que han dejado en la orfandad a hijas e hijos, 17 elementos que murieron durante sus actividades de defensa y protección de México.
La ventaja que tiene la Armada de México a comparación de la Sedena o Guardia Nacional, es que asumen su responsabilidad e informan a la nación del accidente, y sobre todo acompañan a los deudos de sus elementos; aun así, la pregunta es:
¿Qué está pasando dentro de la Armada de México con sus aeronaves?
Quizá situaciones climáticas, fuertes vientos, nadie sabe hasta el día de hoy. Lo único que puedo decir, como periodista que ha estado durante años dentro de esta institución, donde he generado grandes amistades, es que los pilotos navales, son los más adiestrados del país; aun así, algo está pasando.
Mi solidaridad para los deudos y para la institución a la que le reitero mi amor, respeto y solidaridad.
