Por. Carlos J. Pérez García
Varias veces las hemos encontrado y México no ha podido franquearlas. En forma errada o ilusa dijo él que habíamos “domado” la pandemia y luego la inseguridad. ¡Insiste ahora en casos tan complejos como el de la inflación! Si acaso, oigan, todo ello le cae “como anillo al dedo” para tener pretextos del exterior y de sexenios previos, ante sus evidentes fracasos.
Y ¿qué se deriva del autoengaño?
Fíjense que en el mundo real nada se resuelve. Ni siquiera se logra entender que más recursos para algo (repartos de dinero) son a costa de otras oportunidades (vacunas para niños, digamos), o que en Economía nada es gratis pues finalmente alguien paga. Y, claro, otros saben más.
* ESTE MES PATRIO CONTINÚO aquí con extractos del inspirador poema Soy México.
Soy la voz de Pedro Vargas, la vendedora de flores de Diego Rivera, el hombre en llamas de Orozco, el amor a María del Flaco de Oro. Soy Siqueiros, la Media Vuelta de José Alfredo y la columna vertebral de Frida Kahlo. Soy Sara García y la Catrina de Posadas. Soy Cantinflas y Pedro Infante. Soy la plancha del Zócalo, el Cerro de la Silla, la catedral de Guadalajara, la Puebla Barroca, el Cañón del Sumidero, la Pirámide del Sol, la de Kukulkán, el Callejón del Beso. Soy Pátzcuaro y la Fortaleza de San Juan de Ulúa, y soy Lupita, Juanita, todas las trajineras. Soy un Dorado de Villa, redondillas de Sor Juana, la tierra de Zapata, la bandera de Juan Escutia. Soy el estandarte de Hidalgo, el penacho de Moctezuma, el carruaje de Benito Juárez, el paliacate de Morelos, los pies de Cuauhtémoc y la casa de la Corregidora. Soy un investigador de la UNAM, un cirujano del Siglo XXI, un maya, un yaqui, un profesor, una educadora, la enfermera de la clínica del pueblo. Soy el taquero de la esquina, un chamán, una curandera, un topo de Tlatelolco, un volador de Papantla, un migrante. Soy Octavio Paz y Mario Molina. Soy las manos que echan tortillas, las cuerdas del ring, la lucha libre, la máscara, la charrería, la universidad pública, las guitarras y trompetas del mariachi. Soy el voluntario de la Cruz Roja. Soy la añoranza y la soledad de compatriotas más allá de las fronteras. También soy la garita de Tijuana, el río Suchiate, las casas que asisten al migrante, un pescador de atún, un cilindrero, una marchanta. Soy el de la tiendita, la señora de la farmacia, el obrero, el intendente, un heroico bombero, el rescatista, un cohetero, el abanderado escolar y un maestro en plena sierra Tarahumara. Soy el Cervantino, el Festival Cultural de Zacatecas, el Museo Nacional de Antropología, la Guelaguetza, el Alcázar de Chapultepec, Palenque, Yaxchilán y el Museo de Arte Moderno.
Mis pies son el desierto de Sonora, un Jarabe Tapatío, el Ballet Folclórico de México, la Romería de Zapopan y la del 12 de diciembre, la tierra que pisa el campesino. Mis ojos son el Mar Caribe, el Popocatépetl, la Mujer Dormida, la mariposa Monarca y la ballena Gris. Y mis manos la cantera rosa, el arte huichol. Son Talavera, platería de Taxco y el arte alfarero de Tlaquepaque y Tonalá. Y mis oídos son bolero, marimba, acordeón, la música ranchera, la banda, la guitarra de Santana y el danzón que se hizo mexicano. Mi boca es café de Córdoba y Coatepec, es cacao, mole poblano, papadzul, machaca, pozole verde, aguachile, mixiote, barbacoa, cabrito, coyotas, enchiladas, huitlacoche, torta ahogada, flor de calabaza, cochinita pibil, birria, pancita, tostadas, tacos al pastor.
Y de México soy los valles y montañas que copian los pintores. Soy los mares, los ríos, las flores, soy el águila que va al encuentro, soy una madre y un padre que pese a todos los pesares sacan a sus hijos adelante. No soy de un municipio, ni de un estado ni una región. Soy de todos ellos. Soy desde que nací y hasta que me hagan mi altar de muerto: mexicano.
* ESTE 16 DE septiembre nos confirmó que un desafiante matoncito puede ser frenado antes de causar mayor daño a México, aunque eso lo tengan que conseguir extranjeros. No es poca cosa y se observa su irritación, su inquietud, su frustración y su desesperación, de tal manera que trata de desviar la atención a su renovada lucha “por la paz del mundo”.
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