Carlos Arturo Baños Lemoine.
México vive días fatídicos. Ayer por la noche, en una versión especial y apresurada del Diario Oficial de la Federación, fueron publicadas las reformas que determinan que el control operativo y administrativo de la Guardia Nacional queda en manos del Ejército. Hoy inicia la vigencia de tales reformas. La dictadura lleva prisa.
Les comparto la liga correspondiente a la funesta publicación, la cual empaña y enloda a nuestra endeble democracia:
https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5664065&fecha=09/09/2022#gsc.tab=0
Los artífices de estas reformas normativas fueron, por supuesto, los cortesanos parlamentarios de la Cuarta “Transtornación” Mental: MORENA, PT y PVEM. Se trata de reformas clara y contundentemente inconstitucionales; pero, como bien sabemos, esto le importa un bledo a un régimen que, por encima de nuestro pacto constitucional, coloca los caprichos dictatoriales del Tirano de Macuspana, del Nerón de Palacio Nacional.
Lo que les urgía a Andrés Manuel López Obrador y a sus esbirros comunistas era “formalizar jurídicamente” la dictadura que, de hecho, ya vivimos. Desde siempre hemos sabido que toda dictadura comunista siempre busca aparentar “legalidad”, aunque en el fondo pisotea a cuantimás los derechos humanos y las instituciones democráticas. Allí están, como ejemplo, Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Ha resultado vergonzoso ver cómo miles de morenistas que, hace unos años, se oponían a la militarización de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto, hoy aplauden la militarización de su jefe, su patrón, su caudillo y su dios. “El Duce siempre tiene la razón”, gritaban los putrefactos fascistas, mientras los inmundos nazis afirmaban que el Führer no se equivocaba. En este caso, cualquier parecido con la realidad mexicana no es mera coincidencia, sino franca convergencia. Todos los regímenes colectivistas terminan encaramando a bestias tiránicas, sátrapas divinizados o caudillos eternos.
Unas vez más estamos constatando que las masas de pejezombies cambian de postura de conformidad con las ocurrencias del Peje que, según ellos, “siempre tiene la razón y no se equivoca”. Una vez más constatamos los daños históricos que generan las masas soliviantadas y domesticadas, como bien nos lo hicieron saber José Ortega y Gasset, George Orwell, Víctor Serge, Alexander Solzhenitsyn y Milan Kundera, entre otros.
López Obrador ya tiene, por el momento, su dictadura al estilo Bordaberry: cabeza civil y cuerpo militar. AMLO sabe que la mejor forma de permanecer intocable es contaminando a las Fuerzas Armadas de su corrupción, porque donde hay cómplices no hay culpables. Por infortunio, los militares cayeron en su trampa.
Y, mientras esto pasa, el grito profundo del alma de veras popular grita: “¡AMLO, basura tú eres la dictadura! ¡AMLO, basura, tú eres la dictadura!”.
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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.