Como sus antecesores, AMLO optó por no reformar la Constitución y únicamente enviará su Cuarto Informe de Gobierno sin acudir al Congreso como lo prometió en 2018.
Por. José Antonio Guerrero
En diciembre de 2018, en su primer discurso a la nación posterior a su toma de protesta; ahí en su plaza favorita: el Zócalo capitalino y frente a la nación, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró tajantemente que cada año acudiría al Congreso de la Unión a entregar su informe de gobierno y dialogar con todas las fuerzas políticas. A cuatro años de su administración y como en otros temas, el rumbo fue diferente e incumplió su compromiso.
“Les invito a que ayudemos todos en convertir en realidad estos compromisos y que cada año aquí en el Zócalo voy a rendir un informe en el Congreso, y voy a ir personalmente, no lo voy a mandar.
“Iré personalmente para dialogar con todas las fuerzas políticas y también aquí va a haber un informe cada año en el Zócalo para repasar los 100 compromisos uno por uno, saber si se han cumplido o están pendientes”, aseguró en aquel entonces, pero hasta el momento ha optado por continuar con el marco jurídico actual.
Pero en ese tema López Obrador no caminó solo. El año pasado, precisamente en su discurso en la sesión del Congreso General, con motivo de la apertura del primer periodo ordinario de sesiones, del primer año de ejercicio de la LXV Legislatura, el diputado del PT, Gerardo Fernández Noroña, llamó a todos los grupos parlamentarios a presentar y aprobar una iniciativa para regresar a la Carta Magna la obligación del presidente para acudir personalmente a entregar al Congreso de la Unión su informe de gobierno, pero además a escuchar los planteamientos de las demás fuerzas políticas.
“Nosotros compañeras y compañeros del movimiento tenemos una deuda, tenemos que cambiar la Constitución y reto a la oposición a que lo apoye para que quien ostente el cargo de presidente de la república, venga a esta soberanía a rendir su informe, escuche a la oposición, debata, intercambie puntos de vista”, señaló el legislador.
Este tema fue puesto sobre la mesa incluso antes de que el presidente López Obrador rindiera protesta del cargo. En septiembre de 2018 el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo (y quien le colocó la banda presidencial), consideró que era necesario reformar la ley para restablecer esa obligación al titular del Ejecutivo y con ello alcanzar lo que llamó la “normalidad” entre poderes.
“El primero de agosto del año en que dé inicio el periodo presidencial, o el primero de septiembre de cada año, a la apertura de sesiones ordinarias del primer periodo del Congreso, asistirá el Presidente de la República y presentará un informe de conformidad con el artículo 69 de la Constitución”, preveía la iniciativa.
Pese a que Muñoz Ledo consideró que para la llamada Cuarta Transformación resultaba “imperativo consolidar las funciones de evaluación, control y fiscalización del Poder Legislativo frente al Poder Ejecutivo”, su llamado tampoco fue tomado en cuenta por el primer mandatario.
La obligatoriedad del presidente de la República para asistir al Congreso a presentar su informe de gobierno se canceló en 2008 con una reforma al Artículo 69 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Desde entonces el presidente de la República en turno únicamente tiene la obligación de enviar por escrito el informe y de esta forma alude cualquier tipo de cuestionamiento.
Este jueves, Adán Augusto López, secretario de Gobernación, entregará al Congreso de la Unión, el Cuarto Informe de Gobierno y a las 17:00 horas el primer mandatario ofrecerá un acto desde Palacio Nacional en el que informará el estado de guarda la nación, tal y como lo hicieron sus antecesores los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
A más de la mitad de su sexenio, la mayoría de la gente que votó por él le ha cumplido y lo ha apoyado, pero López Obrador no ha respondido al compromiso. Es claro que este presidente, tampoco volverá a pisar el Congreso, sino hasta que deba entregar la banda presidencial y es todavía más claro que no tienen ningún interés en dialogar con todas las fuerzas políticas, como lo dijo en aquel lejano 2018, pese a que todos los días recalque que él y la 4T son diferentes.
