Carlos Arturo Baños Lemoine.
Hoy dio inicio un nuevo ciclo escolar de educación básica en nuestro país. Semanas atrás comenzaron también los cursos para los niveles medio superior y superior. Y, nuevamente, el retrogradismo cayó sobre nuestros hombros.
Por infortunio, en México seguimos reproduciendo a cuantimás el autoritarismo escolar. Nuestro sistema “educativo” es tan malo que sigue cayendo en la falacia de falsa asociación, en la falacia de falsa equivalencia.
Para la inmensa mayoría de los mexicanos, “educación” es sinónimo de “escolarización”. Contaminados mentalmente por el estatismo y el colectivismo, millones de mexicanos creen que la escuela es indispensable para obtener educación. De esta forma, en torno a esa institución perversa llamada “escuela” hemos creado burocracias parasitarias, padres conformistas e irresponsables y escuincles malcriados.
Los padres de familia pretenden deshacerse de sus hijos la mayor cantidad posible de horas al día y, por ello, suelen ver a las escuelas como guarderías, como pequeños reclusorios. Las mafias magisteriales y administrativas, por su parte, aprovechan esta mediocridad parental para robarle a la sociedad lo más que puedan, al grado de sentirse indispensables e insustituibles. Esta situación es lamentable, por supuesto, salvo para los granujas.
Y lo peor de todo esto es que, a estas alturas del siglo XXI, a estas alturas de la “sociedad de la información y del conocimiento”, México sigue atrapado por su oneroso pasado. Nos obstinamos en no avanzar e, incluso, en caminar en reversa.
¿Para qué tanto Internet y para qué tantas habilidades digitales si no podemos superar la etapa de las escuelas de concreto, de horarios fijos, de aulas físicas, de maestros desagradables, de compañeros indeseables, de tareas verticalmente programadas, de pase de lista, de permiso para ir al baño, etc.?
¡Qué patética a veces resulta la vida, mis amigos!
Hoy en día, que tenemos a nuestro alcance los avances científicos y tecnológicos para acercar todo el conocimiento posible a toda la población, la inmensa mayoría de la gente sigue optando por el autoritarismo escolar.
Ustedes ya saben, mis amigos, que yo defiendo profundamente la educación universal en línea. Soy un liberal-anarquista consecuente. Debemos poner al alcance de toda la gente, a cualquiera hora del día, para cualquier sitio del país, todo el conocimiento posible.
Ya no necesitamos de reformas ni de contra-reformas educativas. Eso se puede ir a la mierda. Necesitamos una revolución educativa que ponga sus cimientos en la proliferación de sitios WEB para el autoaprendizaje.
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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.