Por. Ernesto Zavaleta
En su primer año la LXV Legislatura pudo conciliar la aprobación de sólo 111 de las 3 mil 275 presentadas por todos los partidos políticos, y el segundo año podría ser peor.
El próximo jueves 1 de septiembre dos eventos marcan la agenda política del país, el IV Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, y el inicio del segundo año de la LXV Legislatura en la Cámara de los Diputados y el quinto año de los senadores.
Un informe de gobierno con tono de campaña electoral, con frases como “no somos iguales”, que ya se adelanta como triunfalista en 13 spots de 30 segundos cada uno, con el presidente a cuadro, en los que se hace énfasis en “sus datos” y en la diferencia de la 4T y los gobiernos neoliberales de 1996 a 2018, los buenos y los malos, como en cualquier otro Estado autoritario y populista, que en nada abona a la búsqueda de acuerdos legislativos.
Y un inicio de trabajo del segundo año de la LXV Legislatura, en el que sólo se esperan más imposiciones de la mayoría de Morena en ambas cámaras del Congreso, como ya las anunció, porque las propuesta del presidente pasan porque pasan, si no con reformas constitucionales, si con cambios a leyes reglamentarias.
Durante el primer año de la actual legislatura sólo se logró aprobar el 3.3 por ciento de las iniciativas presentadas por todos los partidos políticos con representación en ambas cámaras del primero de septiembre de 2021 al 5 de junio de 2022, en los periodos ordinarios, extraordinarios y de Comisión Permanente, según cifras de las propias cámaras, el segundo año no se ve cómo van a mejorar esas cifras.
Este es el segundo año legislativo en el que Morena carece de la mayoría calificada (tres cuartas partes de los integrantes) y por tanto de la capacidad imponer reformas constitucionales como lo hizo en la LXIV Legislatura, pero los arranques dictatoriales y caprichos del Ejecutivo no cesan desde su primer año de gobierno.
En este ambiente se prevé pobres resultados en el Poder Legislativo, quizá con peores cifras que los registradas en el primer año de la actual legislatura, un segundo año cuyas sesiones plenarias no serán distintas a las vividas en el primero de horas y horas de ataques y descalificaciones de un cuerpo legislativo que sólo es reflejo de la polarización provocada desde el Palacio Nacional en todo el país.
Ni en el Ejecutivo, ni en el Legislativo se vislumbra poner los intereses del país por encima de las ambiciones partidistas, no hay ninguna pista que lleve a pensar en una posible reconciliación como nación, no hay ni habrá un “presidente de todos los mexicanos”; no hay ni habrá un Congreso con tolerancia ni respeto entre sus integrantes.
La imposición de la mayoría de Morena para aprobar las exigencias del presidente irá acompañada de los ataques, las descalificaciones y persecución mediática y judicial a los “adversarios” del partido en el poder, y los vetos y “moratorias” de la oposición a las propuestas de Morena, dentro y fuera de los recintos legislativos, ese será el sello de este segundo año de la LXV Legislatura.
Incluso antes de iniciar sus trabajos, la fracción de Morena ya tiene una orden presidencial dictada a los diputados de su partido en voz del secretario de Gobernación, y corcholata, Adán Augusto López Hernández:
“Les comento que el día 1 de septiembre, el señor Presidente (López Obrador) va a presentar ante ustedes una iniciativa preferente en materia de Guardia Nacional y de Seguridad Pública. Se trata de proponer reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, a la Ley de la Guardia Nacional, a la Ley del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, a la Ley de Ascensos de las Fuerzas Armadas”.
Cuatro modificaciones a leyes propuestas con el objetivo de brincar la “moratoria” a reformas constitucionales de la oposición y pasar por decreto la Guardia Nacional (GN) totalmente a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Mientras que los congresistas del partido en el poder continúan con sus Consultas, Foros o Parlamentos Abiertos para “escuchar todas las voces” en torno a la Reforma Electoral, con la que se pretende eliminar al Instituto Nacional Electoral. Aunque ninguna de las voces contrarias a la propuesta presidencial se han integrado a la iniciativa correspondiente.
Por el otro lado la respuesta de la oposición no cambia, PRI, PAN, PRD e incluso Movimiento Ciudadano y los más pequeños se han manifestado en contra tanto de pasar a la GN a la Sedena, como de avalar la reforma electoral o un segundo intento de reforma energética.
Bajo las mismas condiciones durante el primer año de la LXV Legislatura aprobó únicamente 111 iniciativas de las 3 mil 275 que se presentaron desde el primero de septiembre de 2021 al 5 de junio de 2022, de acuerdo al reporte legislativo de ambas cámaras del Congreso
Esto quiere decir que el Congreso aprobó solo el 3.3% de las iniciativas presentadas en ese mismo periodo, a aunque se han aprobado 809, pero 698 corresponden al periodo anterior, a la LXIV Legislatura.
El partido que más iniciativas ha presentado en esta Legislatura es Morena con un mil 82 propuestas, casi el 30% del total; seguido del PAN con 804, y del PRI con 408; sin embargo el partido con una mayor tasa de éxito es Encuentro Social, ya que se han aprobado 56.7% de sus iniciativas contra el 13.83% de Morena, ¿será que ponen más atención a las mañaneras que a las sesiones de sus cámaras?
Nada indica un cambio en este segundo año de la LXV Legislatura, ¿cómo podrían lograr consensos Ignacio Mier Velazco, líder de los diputados morenistas, aunque ni siquiera lo intenta, o el coordinador de sus senadores, Ricardo Monreal Ávila, a pesar de sus llamados por el bien del país, si todos los días sus contrapartes son atacados desde el púlpito del Palacio Nacional?
Se vislumbra una LXV Legislatura totalmente inoperante, y ese 3.3% de iniciativas aprobadas en su primer año, podría ser una meta inalcanzable en el año que inicia el jueves 1 de septiembre.
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