Por. Rubén Cortés
La autollamada “Cuarta Transformación” llegó a para quedarse, y sería imposible sin el apoyo de los generales, que esta semana asisten, por primera vez en la historia del país, a la plenaria de un partido, el gobernante, Morena.
El mensaje de impulso al nuevo régimen de los secretarios de Defensa y Marina es tan claro como en mayo, cuando acompañaron al presidente a Cuba, para aprender sobre “conceptos doctrinales, manejo de empresas y desarrollo económico”.
¿Qué aprendieron? Que a través de GAESA, empresa constituida en Panamá, sus camaradas cubanos manejan las tiendas en dólares, hoteles, inmobiliarias, constructoras, puertos, remesas, casas de cambio, aduanas, comercio en línea.
El jefe del Ejército, general Cresencio Sandoval, lo dice sin tapujos: “Debemos estar unidos en el proyecto de nación que está en marcha. Para los militares es un timbre de orgullo contribuir a la transformación que se está viviendo en México”.
Es decir, después de permanecer alejados de la política visible desde 1940, los militares mexicanos salen abiertamente a hacer política, en apoyo al pegajoso sello propagandístico del actual gobierno, conocido como “Cuarta Transformación”.
Los militares mexicanos ya controlan 26 instituciones civiles y manejan las empresas y los planes económicos, robándole al presidente el discurso propagandístico, y la narrativa histórica que la labia del presidente ya clavó entre los mexicanos.
El presidente les hace la labor de zapa y son ellos, los militares, quienes conducen, con la fuerza de las armas y de la lana, la “Cuarta Transformación” (sea lo que eso signifique y sea como eso acabe) pero que, en el irreprochable discurso, es la continuación de:
1.-La guerra de Independencia
2.-La Reforma liberal de las décadas de 1850 y 1860
3.-La Revolución Mexicana de 1910 a 1917
Lo hacen, además, desde el poder y con un coctel explosivo: armas, dinero y la Corte. Tienen la quinta parte de los cuatro billones de pesos del Presupuesto del país, que es imposible de auditar, porque dizque lo usan en cosas de “seguridad nacional”.
En Cuba, adonde fueron nuestros generales a aprender sobre “manejo de empresas y desarrollo económico”, tampoco pueden ser auditados los militares por el Politburó, el Parlamento, Controlaría, Consejo de Estado, ni Consejo de Ministros ¿Por qué?
Porque sus empresas están registradas en el extranjero, lo cual es la esencia del nuevo tipo de gobierno que fragua el populismo de manera articulada en América Latina, contra las sociedades abiertas, liberales y de Estado de Derecho.
Una oligarquía de partido único, y unos pocos millonarios escogidos, tutelada por los militares, con el control de las empresas estatales, cada vez más agrupadas en una sola, como ya es en México con el conglomerado militar Olmeca, y en Cuba con GAESA.
Que nuestros hijos tengan claro esto, eh.