No hay plazo que no se cumpla…

Ernesto Zavaleta

Ernesto Zavaleta.

Tal como lo comentamos en este mismo espacio en la columna titulada “AMLO se ajusta la bandera”, los mexicanos el cinturón”, los pazos se cumplen uno a uno, subió la tasa de interés a un nivel histórico de 8.50%; la inflación se acerca al 9% anual, e inició la desesperada e infructuosa defensa de la posición de México ante los reclamos de Estado Unidos y Canadá en materia energética en el marco del T-MEC.

Al cumplirse el plazo de 30 días contados a partir del 20 y 21 de julio, cuando se dio oficialmente entrada al reclamo de EEUU y Canadá, respectivamente, el pasado martes 23 iniciaron las consultas en las que la parte mexicana debe explicar sus argumentos y justificar las medidas tomadas en contra de los compromisos del TMEC en materia energética.

Es apenas la primera de muchas reuniones que se llevarán a cabo con ese propósito y podría alargarse hasta por 75 días, y como todo en la 4T la información del encuentro que llevó a cabo de manera virtual se mantuvo en secreto.

La secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, aseguró que ella será la voz del gobierno mexicano por ser quien encabeza al equipo negociador por México, aunque es la secretaría de Energía, que encabeza Rocío Nahle, la que dicta los argumentos a esgrimir, y la secretaria de Relaciones Exteriores, a cargo de Marcelo Ebrard, quien sigue los protocolos diplomáticos y agenda.

Ninguno de los tres secretarios dio informes de los resultados de esa primera reunión, inicialmente agendada para el 19 de agosto, y pospuesta hasta el martes pasado, como siempre fue en la mañanera, a través del único vocero del gobierno federal por designación propia, que se dio una luz de los resultados.

Con la característica negación de los problemas que afecta al país, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no hay ningún problema, “nos llevamos bien… el presidente Biden es buena persona” y, aunque fue evidente ignoraba la llegada del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en los primeros días de septiembre, el mandatario mexicano adelantó que tocaría el tema de la controversia trilateral por la política energética en la que insiste.

No es un problema técnico, dijo el inquilino de Palacio Nacional, es una cuestión política, pues dijo, otra vez culpando a los “adversarios”, es una campaña de los conservadores contra la soberanía del país,

“Nosotros consideramos que no es un asunto técnico, es un asunto político, llevamos muy buenas relaciones en lo económico por eso digo que no es un asunto técnico, no hay problema”.

Y otra vez insistiendo a los empresarios de EEUU en los términos de una reforma energética que da ventajas comerciales a Pemex y la CFE, pero que no existe… no se aprobó.

“Me reuní dos semanas con 16 empresas estadunidenses y en todos los casos se dio una respuesta, varios de estos asuntos se concluyó en inversiones de empresas estadounidenses en México, en otros casos de solucionar problemas y quedaron cuestiones pendientes”.

El presidente tampoco entiende la diferencia entre una controversia comercial trilateral, que es la que se discute en las consultas, y una agenda bilateral de desarrollo económico que corresponde a la visita de Antony Blinken, en la revisión del Diálogo Económico de Alto Nivel, con el tema de inversiones, motivo de la visita del Secretaria de Estado de EEUU

El diputado, exsecretario de Economía y uno de los negociadores principales del actual acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, Ildefonso Guajardo, señaló  que llegar a esta fase de reclamo iba a ocurrir tarde o temprano:

“Tenemos más de un año de estar recibiendo visitas con mensajes, de John Kerry, del responsable del sector de energía en Estados Unidos, del embajador Ken Salazar, cartas de legisladores demócratas y republicanos, no debe sorprender el inicio de las consultas por parte de ambos países”.

Desde el punto de vista de Estados Unidos, Kenneth Smith Ramos, exjefe negociador del T-MEC y socio de la firma Agon, explicó que el proceso de consultas es importante para saber el posicionamiento de cada parte involucrada y llegar a un acuerdo; sin embargo, ve difícil que en este periodo de 75 días se pueda llegar a un acuerdo.

Aplicar las normas de una reforma constitucional inexistente, como pretende el gobierno mexicano, viola al menos tres de los capítulos del T-MEC, el 12 (texto), que establece las normas de eficiencia energética y su aplicación;

El capítulo 14 (texto) donde se exige un trato igualitario tanto para los inversionistas de una de las partes, en este caso EEUU y Canadá, en territorio de otra, México, como para los de nacionales en lo referente al establecimiento, adquisición, expansión, administración, conducción, operación y venta u otra forma de disposición de inversiones.

Y el capítulo 22  (texto) referente a evitar el trato desigual en alguna actividad contemplada en el T-MEC frente a empresas propiedad del Estado con tendencias

monopólicas que “afectan o puedan afectar el comercio o la inversión entre las Partes dentro de la zona de libre comercio”.

El capítulo 31 del T-MEC, establece claramente el calendario de lo que está por venir.

De no llegar a un acuerdo entre las partes en los hasta 75 días de consultas, se integrará un equipo de tres a cinco panelistas aprobados por los tres países, quienes tendrán un plazo de 150 días para emitir un reporte inicial y 30 días para presentar el reporte final, lo que podría ocurrir hasta mayo de 2023.

Tras la emisión del reporte final, las partes tendrán 45 días para llegar a un acuerdo sobre la solución de la controversia que puede ser la eliminación de la inconformidad, si gana México; si el fallo es a favor de Estados Unidos, entonces la Unión Americana y Canadá podrán solicitar una compensación.

Al concluir esos 45 días los demandantes, Estados Unidos y Canadá podrían imponer aranceles en el mismo sector que les fue afectado, que en este caso sería el energético, en caso de que no sea factible en el mismo, pueden hacerlo en otros.

Si México considera que los aranceles son “manifiestamente excesivos” o que ya cubrió la afectación, puede solicitar al panel que se reúna de nuevo para revisar la solicitud y resolver en un lapso de 90 a 120 días.

Incluso alguna de las partes o todas pueden pedir la conclusión del Tratado, con las desastrosas consecuencias para las tres naciones.

El Laboratorio de Análisis en Comercio Economía y Negocios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) prevé:

·         El 5 de octubre se cumple el plazo de los 75 días de consultas que, por separado, convocaron Estados Unidos y Canadá para dar paso a la conformación de paneles en torno al cuestionamiento que ambos países realizan sobre la política energética de México.

·         Se estima que la profundización de la sequía aumentará los precios agrícolas repuntando la inflación anualizada igual o mayor al 9%.

·         El 26 de septiembre nuevamente el banco central espera aumentar la tasa de interés colocándola en 9%.

Hay que avisarle al presidente para no sorprenderlo en público como ocurrió el día de quién es quién en las mentiras.

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