Raúl Flores Martínez.
Cuántas familias quisieran ser parientes de un alcalde o gobernador para poder acezar a la justicia de manera pronta y expedita, cuántas mujeres quisieran ser hijas de un alcalde, gobernador o funcionario de alto rango para poder ser protegida por las leyes, unas leyes que en realidad son a modo.
Hoy pondremos dos casos de dos chicas que en estos momentos desearían ser hijas de algún funcionario de alto rango, de un diputado o senador para que los jueces les den la justicia que ellas merecen, una justicia por la que han peleado por meses u años, justicia que, en ocasiones, es más grande una mentada de madre que las supuestas condenas a sus agresores.
El caso de Diana y Karla Daniela, son dos casos judiciales dignos de exhibir por la justicia tardía, llena de fallas y sobre todo, una justicia protectora de esos agresores que de acuerdo a la Información Filtrada, tendrán una justicia aplicada en su totalidad en las próximas semanas en el reclusorio, dónde se ubica los agresores ya identificados por sus compañeros de celda.
Diana, mejor conocida como “Didibadgal”, es una de esas chicas que quisieran tener un padre que sea un alto funcionario de un gobierno estatal, municipal o federal para poder tener justicia, pero no esa justicia que se da, como una limosna o una migaja.
Por algunos meses ha luchado contra abogados, jueces y magistrados que van retrasando un proceso por el delito de violencia familiar, un delito que ha sido demostrado; sin embargo, algo está pasando dentro de los tribunales de la ciudad de México, qué siempre salen con una prórroga, una maldita prórroga para dar al imputado ese espacio para poder fraguar una libertad a modo.
Jueces y abogados que, por unas monedas, pierden algo tan valioso llamado ética profesional, algo que se desconoce. Uno puede preguntarse con qué calidad moral, se llevan a la boca el alimento ganado defendiendo a un criminal, algo que tengo la duda y hasta el momento, no ha sido aclarada.
El otro caso, es el de Karla Daniela que a pesar de que el juez, le impuso una pena de 7 años 1 mes y 15 días de prisión contra Enrique “N” por el delito de violencia familiar, la defensa del imputado busca que un juez le reduzca la sentencia.
Una sentencia que, de acuerdo a los abogados de Karla Daniela, es muy baja debido a todas las pruebas que se presentaron de la tentativa de feminicidio. Estas son las penas que dan los jueces, para los agresores de estas dos chicas que psicológicamente han sido diagnosticadas con delirio de persecución, miedo, estrés y nerviosismo extremos, ante la constante violencia a la que fueron sometidas.
Bien dice la regla no escrita de los reclusorios, “Esperemos que dicta el juez, porque aquí dentro en pocas semanas, esos años se sentencia, les será un infierno”.
De acuerdo con las Información Filtrada de funcionarios del reclusorio oriente que han escuchado algunos internos que simpatizan con Diana y Karla Daniela a quienes ven por televisión en sus movilizaciones, les harán una pequeña “fiestecita” a los agresores, solo para medir su grado de machismo.
Cuántas Dianas y Karlas Danielas hay en México, quienes quisieran por un mes ser hijas de un alto funcionario de cualquier gobierno, senador o diputados para que por fin se les haga justicia con todo el rigor de la ley.