Rubén Cortés.
Al final, a quienes peor les va en el gobierno de “Primero los Pobres” es a los pobres. Por ejemplo, la “Estafa Maestra” en este gobierno se cebó en los pobres: la empresa creada para bastecer de alimentos a los pobres hizo fraude con 12 mil millones de pesos.
La administración de Segalmex metió en una financiera privada 12 mil millones de pesos destinados a comprar leche, frijol, arroz, maíz y trigo para la población más vulnerable. Es una “Estafa Maestra” de un calado moral y ético deplorable.
Pero el exdirector de Segalmex, Ignacio Ovalle, fue promovido por el presidente como coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal en Segob (Boletín Gobierno de México, 19 de abril, 2022).
En cambio, de muchos señalados por la “Estafa Maestra” del gobierno pasado, es Rosario Robles la única presa, aunque no está acusada de nada más que de una supuesta licencia de manejo, con domicilio diferente al que ella habría presentado como su suyo.
La Jornada es el medio que tiene en la uña el tema de Segalmex y, por lo que explica de manera fehaciente, la promoción de Ignacio Ovalle, por parte del presidente, fue cuando menos apresurada, porque el fraude sucedió ante sus ojos.
No sólo fue que en 2019 y 2020, la ASF detectó irregularidades por 12 mil 806 millones 651 mil pesos, sino que en ese tiempo Segalmex y un prestanombres de Maduro montaron un entramado ilegal que violó el embargo petrolero de Estados Unidos a Venezuela.
Según el gobierno estadounidense, Alex Saab (el testaferro de Maduro) se desempeñó como fuente confidencial de la DEA, cuando hizo compras a Segalmex por 64 millones de dólares y los envió a Maduro, quien los vendió a sobreprecio a su gente.
La Fiscalía General de la República, tiene abiertas menos 22 carpetas de investigación, porque desde su creación por parte de la autollamada “Cuarta Transformación”, Segalmex nunca fijó mecanismos para evitar corrupción ni sanciones para los corruptos.
La “Estafa Maestra” de Segalmex montó un esquema de empresas fachada para el procesamiento de leche, y la adjudicación directa de contratos por 67 millones de pesos a Grupo Marhel, filial de una empresa fantasma.
La administración metió 800 millones de Segalmex en la empresa Corporación en Asesoría Financiera. Segalmex tampoco logró justificar cinco mil 640 millones de pesos en inventarios, ingresos, pagos por adquisición de bienes y servicios.
Y entregó contratos para el suministro de leche para los pobres por 811 millones de pesos en adjudicaciones directas a una red de 13 empresas cuyos socios habían participado en empresas fantasma.
Todo ocurrió durante la gestión de Ovalle, quien luego fue promovido a Segob, según la máxima de “justicia y gracia”.
Juarismo puro.