Dolores Colín.
La Iglesia católica levantó la voz ante la incapacidad de la estrategia de “abrazos y no balazos” para alcanzar la pacificación en México, tras los asesinatos de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Chihuahua, que muestran cómo en el país corre un «río de sangre» por la creciente violencia e impunidad.
La convocatoria a la construcción de las Jornadas de Oración por la Paz, es un primer trabajo comprometido para eliminar la violencia en la sociedad mexicana y tuvo una sólida respuesta no sólo de la comunidad católica. En esta primera etapa que terminó con el mes de julio, las intenciones de cada semana fueron por:
-Los sacerdotes, religiosas y religiosos violentados y/o asesinados; por toda la gente que ha sufrido violencia y ha sido asesinada; por los desaparecidos y el domingo 31 de julio la intención con la que cerraron las primeras jornadas fue por el buen Gobierno y los asesinos.
A mes y medio del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en la comunidad Tarahumara de Cerocahui, Chihuahua, el compromiso de las autoridades sigue solo en palabras, la impunidad es el escenario que predomina en este hecho y en muchos actos de violencia en todos los estados. Por ello, el mensaje del Padre Luis Gerardo Moro, Provincial de la Compañía de Jesús en el marco del cierre del año Ignaciano, reafirmando el legado de su fundador de llegar a donde otros no van. Y resalta que el camino de la Iglesia es estar siempre al lado de las víctimas de la violencia.
SUSURROS
1. Militantes de Morena en toda la República, en el marco de su participación para la integración de su Congreso Nacional se dieron con todo. La definición de las estructuras tuvo golpes, acarreó, compra de votos y denuncias de exclusión el fin de semana. Ya veremos cómo se fracturan una vez que se acerque la elección presidencial de 2024 para el control del partido en el poder.
2. En lo que va del año, Pemex ha experimentado un periodo de bonanza como resultado de los altos precios del crudo a nivel internacional. A pesar de que se trata de una coyuntura externa, la empresa ha aprovechado para ponerse al corriente en sus deudas con proveedores. Como muestra de lo anterior, en el segundo trimestre de 2022, la deuda de la petrolera con sus proveedores se redujo 45% anual, al pasar de 370 mil 711 millones de pesos a 203 mil 578 millones de pesos. El objetivo de ponerse a cuentas con los prestadores de servicios no es algo nuevo, pues desde el año pasado la empresa implementó distintas estrategias para acelerar el pago. No hay duda de que hay que aprovechar las oportunidades cuando se presentan, y eso es lo que tienen claro los directivos de Pemex, encabezados por Octavio Romero, pues a diferencia de otros años en los que se tenía una mayor producción y un mejor nivel en los precios del crudo, el dinero simplemente se esfumó, pero éste, hasta el momento, no ha sido el caso.
