Rubén Cortés.
Claro que el presidente, hoy con Biden como ayer con Trump, acabará dándolo todo por salvar la lana del T-MEC, aunque a su piso de 15 millones de votantes les dirá que no, y hasta que lo enfrentó con patriotismo y una foto de Juárez en la mano. Y se lo creerán.
Para la compra de votos de 2024, no tiene lo que los americanos llaman el “cash Flow”, que le dejó Peña, y depende de la mitad del PIB que le llega de Estados Unidos. Regaló y tiró lana a lo bestia desde 2018.
Recordemos cómo lo dio todo con Trump, a través de Ebrard, y lo negó ante su piso de 15 millones de votantes que mantiene desde 2006 (14 millones 756 mil 350 votos) hasta la Revocación de Mandato (15 millones 159 mil 323).
Repasemos la descripción de Trump de cuando Ebrard fue a verlo a Washington, entre el 2 y el 7 de junio de 2019, para pedirle que no impusiera aranceles al acero mexicano. Y ni el presidente ni Ebrard lo desmintieron:
“Entró y se ríe de mí cuando le digo: ‘Necesitamos 28 mil soldados en la frontera, gratis’. Me miró y me dijo algo como ‘¿Desplegar soldados, gratis?’ ‘¿Por qué haríamos eso en México?’ Le dije: ‘necesitamos algo llamado ‘Quédate en México’”.
“Entonces él me miró y me dijo: ‘¡Señor: será un honor tener 28 mil soldados en la frontera! ¡Será un honor tener ‘Quédate en el Maldito México’! ¡Queremos tener ‘Quédate en México!’”
Un año después, en la Casa Blanca, y sin miedo a la historia de los hechos ni de las palabras, el presidente mexicano le dijo a Trump:
“Lo que más aprecio es que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía”.
Y por encima de toda consideración política, sin tener en cuenta que Trump había acusado a los mexicanos de violadores, criminales, ladrones y transmisores de enfermedades:
“Fallaron los pronósticos, no nos peleamos, somos amigos y vamos a seguir siendo amigos”.
Ahora hará lo mismo con las consultas al T-MEC que piden Estados Unidos y Canadá.
Porque regaló el flujo de efectivo que le dejó Peña: 350 mil millones de pesos del Fondo de Estabilización, 130 mil millones de los fideicomisos que canceló y las reservas del Banco de México, que recibió en 173.5 mil millones de dólares, las más altas de la historia.
Peor aún: en estos tres años debió pedir prestados al Banco Mundial tres mil 855 millones de dólares, que es muchísimo más de los dos mil 462 millones que le pidió Peña, quien es el presidente que menos pidió prestado al Banco Mundial, de Salinas a la fecha.
Pero por supuesto que acabará dándolo todo.