Raúl Flores Martínez.
Hasta dónde llegará la pelea entre Layda Sansores y el líder del PRI nacional, Alejandro Moreno, un pleito de filtraciones y audios que, hasta el momento, no se sabe si han sido armados o son reales.
Ponemos en tela de juicio los audios, por una sencilla razón. Aquellos que trabajamos en una estación de radio, sabemos que con un buen sistema o programa se pueden hacer pláticas que jamás se han hecho con discursos o pláticas que se han tenido con diversas personas.
Esa es la magia, construyes pláticas y le pones algunos filtros o algunos trucos para generar audioescándalos que afectan a las personas que son exhibidas y son presuntamente culpables o simplemente son víctimas de una venganza política.
Los que saben sobre el manejo de algunos programas de edición, saben que se pueden crear conversaciones, saben que se tiene el poder para joder a quién este en la mira, más si es una sicaria de la política, cómo es le caso de la gobernadora Sansores.
Esta pelea debe de llegar a denuncias penales, debe de llegar a un penal por las constantes violaciones que se deben de hacer en las leyes mexicanas; sin embargo, quién será el juez que pueda poner en el banquillo a la ahora llamada “sicaria de López Obrador”, quién está cobrado el no apoyarlo en la votación a la reforma eléctrica.
En días pasados el ingeniero de audio de Cicuta Records, Raúl Rueda dio a conocer un audio que creó con fines educativos, para advertir sobre lo sencillo que es generar audioescándalos y desinformación, en este caso fue la voz del propio Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Muchos se dejaron llevar y comenzaron a viralizar dicho audio, todos lo creyeron; sin embargo, fue un experimento, donde nadie certifica la calidad o la veracidad de lo que se escucha o se ve.
Este es el peligro de las redes sociales, de aquellas masas ávidas de compartir información sin verificación, información para que se siga enlodando a una figura política con la finalidad de debilitar a la oposición.
Hasta dónde llegará el pleito de mercado entre una gobernadora y un líder de un partido políticos que lo único que demuestran, es un afán de venganza utilizando recursos públicos que nadie reclama, no dice nada y sobre todo callan como momias.