Rubén Cortés.
La mayoría de los mexicanos muestra desinterés en la educación, según la encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica. Les importa poco, aunque, por ejemplo, la 4T eliminó los programas educativos para los más pobres.
Y, desde 2019, quitó cada año millones de pesos en el Presupuesto de Egresos para la SEP, canceló la evaluación de maestros, las escuelas de tiempo completo, los grados escolares y dio la rectoría de la educación a la CNTE.
Pero les vale un cacahuate la calidad de la educación. En la encuesta, cuatro de cada 10 considera que ha aumentado el nivel educativo en el país. Incluso, esta percepción ha venido en aumento, pues estaba en 25 por ciento.
Mientras, el 10 por ciento piensa que la calidad de la educación ha disminuido; y el 44 por ciento que empeoró. El educativo es asunto desdeñado, porque, o no les importa o no conocen la calidad educativa, desde hace décadas.
La Reforma Educativa de Peña trató de cambiar esta inercia, instaurando reglas claras y precisas para evaluar a los maestros, directores y supervisores, con la idea de eliminar la venta de plazas, que controlaba la CNTE.
Previos cursos de regularización, los maestros tendrían tres oportunidades para aprobar la evaluación. Si reprobaban las tres serían reasignados en diferentes áreas del servicio público o jubilados, con garantías de una pensión.
Pero el actual gobierno enterró aquella reforma y entregó a la CNTE a asignación de las plazas en el magisterio, ingreso, promoción y permanencia de maestros en el sistema educativo… y sin que los profesores tengan que evaluarse.
Eso, en un país donde uno de cada tres alumnos abandona primaria y secundaria porque no entienden las clases. Según la SEP, únicamente uno de cada cuatro posee capacidad para seguir aprendiendo.
Los egresados de primaria deben leer 125-134 palabras por minuto y los de secundaria 155-160, pero sólo tres de cada 10 está dentro del estándar de lectura y comprensión. El dominio de lenguaje no llega a ser siquiera elemental.
Una inmensa mayoría, está destinada a engrosar las filas de quienes el actual presidente llama “héroes” porque se van a trabajar sin documentos a Estados Unidos, en los peores empleos, y mandan 40 mil millones de dólares al año.
De ahí el desinterés en la educación que muestra la encuesta: no se tiene la educación como una escalera social, que puede sacarte de la pobreza y superarte: se piensa en salir adelante por otros medios, ajenos a la educación.
Total: la CNTE da las plazas en automático para egresados de las normales, Universidad Pedagógica Nacional y Centros de Actualización, y decide quiénes ocupan las plazas y los cambios de escuelas de los profesores.
Es mucho mejor irse de mojados.