Carlos Arturo Baños Lemoine.
La semana pasada, el Presidente Nacional del PRI, el Diputado Federal Alejandro Moreno, propuso fortalecer nuestro derecho constitucional a la posesión y portación de armas de fuego para el ejercicio de nuestra auto-protección y de nuestra legítima defensa. La propuesta tiene un contexto específico: el evidente incremento de la violencia y de la inseguridad en el (des)gobierno de la “Cuarta Transtornación Mental”.
Ya sabemos que el Tirano de Macuspana, Andrés Manuel López Obrador, no quiere enfrentar a los delincuentes. Ya sea por miedo, por complicidad o por incompetencia, López Obrador ha preferido abrazar a los delincuentes, esperando que el amor evangélico, las limosnas gubernamentales o el regaño materno transformen a los malechores en “seres de luz”.
Por supuesto que se trata de una estupidez, de una creencia nefasta, que le está costando muy cara a este país, de por sí problemático.
Ustedes recordarán que, en su momento, yo apoyé la iniciativa presentada en el 2016 por el entonces Senador panista Jorge Luis Preciado, en el sentido de facilitar nuestro derecho a las armas para efecto de los negocios y de los vehículos. Véase mi artículo “La apreciable iniciativa de armas del Senador Preciado” (El Arsenal, sábado 08 de octubre de 2016). El artículo también está en mi sitio web personal: LICANTROPÍA.
No me importa qué partido o qué político proponga el fortalecimiento de nuestro derecho a las armas… ¡yo siempre lo apoyaré!
Soy un pensador liberal-anarquista consecuente, y esto significa que yo sostengo que, incluso proveyéndonos el Estado un servicio aceptable y aprobable de seguridad pública, jamás debemos renunciar al derecho a defender, con nuestros propios medios, los tres grandes baluartes del Derecho, al menos desde que el liberalismo dio forma y nacimiento al mundo moderno: nuestra vida, nuestra libertad y nuestra propiedad.
Esto lo puede entender, incluso, cualquier estudiante mediocre de las carreras de Derecho, de Ciencias Políticas y de Relaciones Internacionales. En términos estrictos, esto lo entiende cualquiera persona con tres dedos de frente.
Por supuesto que se debe regular muy bien nuestro derecho a las armas, para reducir la posibilidad de que cualquier demente llegue a tener en sus manos un rifle de asalto. Nada nos impide hacer, en México, mejores regulaciones que las que actualmente se aplican en los Estados Unidos. ¿Seremos capaces de sacar de nuestras mentes al tercermundismo?
Por cierto, hoy es 04 de julio, fecha muy importante para nosotros, los liberales. ¡Felicidades a todos mis hermanos liberales! ¡Viva la libertad, carajo!
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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.