Raúl Flores Martínez.
Qué coincidencias hay entre Guerrero, Chiapas y el Estado de México, algunos dirán que absolutamente ninguna; sin embargo, hay una sola coincidencia que tienen los tres estados, esa coincidencia llamada crimen organizado que se apoderan poco a poco de los productos de la canasta básica del pueblo bueno.
Estas células del crimen organizado que han cooptado y se han apoderado de la distribución de algunos productos de la canasta básica, cómo es el pollo, el huevo y otros productos de primera necesidad en los hogares mexicanos.
¿Dónde están los huevos?
Quizá todos deben preguntarse eso, dónde están los huevos y el pollo en esos municipios, dónde los sicarios de las grandes organizaciones criminales o locales, se han apoderado de la distribución de estos productos básicos que los comercializan al precio que ellos se les pega la gana.
Lo malo de esta comercialización que se hace en los mercados de abasto, es que es producto del robo a los distribuidores; es decir, negocio redondo porqué sin invertir un peso, obtienen ganancias limpias y totales con este nuevo negocio que han encontrado entre los abrazos y no balazos del Presidente de México.
Hasta cuándo se pondrá orden en el país, hasta cuándo las autoridades que en este caso son las del Gobierno Federal, se podrán hacer su chamba que consiste por si, ya se les olvido, es la de perseguir los delitos y detener a los delincuentes.
Ya es momento Presidente Andrés Manuel López Obrador qué se deje de fantasías, es momento que deje de jugar con sus corcholatas, y se ponga a trabajar, por eso miles de mexicanos votaron por usted para que hubiese un cambio que no ha llegado hasta el momento.
Nombres, nombres y nombres de los causantes de estas desgracias en Chilpancingo, Guerrero, San Cristóbal de las Casas en Chiapas y Valle de Bravo en el Estado de México, nombres que conocen las áreas de inteligencia del Gobierno de la Cuarta Transformación, Los Tlacos, Los Ardillos, Los Motonetos y la Familia Michoacana.
Células del crimen organizado que tienen más de tres o cuatro horas para cometer sus delitos, sin que las autoridades de los tres niveles de gobiernos actúen para evitarlo; tal parece, qué esas horas fueron negociadas desde las altas esferas de poder político en México a cambio de más poder en las elecciones.
Uno debe preguntarse ¿Porqué atacar a los distribuidores? ¿Porqué pollo y huevo? Esto se debe a que tanto los distribuidores, cómo los vendedores manejan dinero en efectivo en pequeñas cantidades que no pueden ser rastreables por las autoridades hacendarias.
