Raúl Flores Martínez.
Qué tan lejos estamos del país de “los abrazos y no balazos”, qué tan lejos estamos de estas fantasiosas declaraciones que se dan diariamente en las conferencias mañaneras del Presidente López Obrador, qué tan lejos estamos de los abrazos.
Hoy el Gobierno de la Cuarta Transformación está de luto, el Gobierno que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador está de luto por la muerte de 10 sicarios de La Familia Michoacana que fueron abatidos por elementos de las Fuerzas Armadas en el municipio de Texcaltitlán.
Hoy la tristeza invade a Palacio Nacional con la muerte de estos 10 buenos seres humanos, y la detención de siete de los sicarios de los cuales cuatro están heridos por los disparos de las Fuerzas Armadas y Policías Ministeriales del Estado de México, quienes hoy se llevaron la victoria contra estas lacras que tienen al sur del estado de México en la zozobra por los cobros de piso, secuestros, y demás delitos que cometen los buenos muchachos del Presidente.
Esta zona sur del Estado de México, que ha sido calentada desde el año pasado por los sicarios de “La Familia Michoacana” que domina esta zona, bajo el liderazgo de Johny el Pez y José la Fresa, los hermanos Hurtado Olascoaga, junto a Silverio Martínez Hernández, alias Fierros.
A este enfrentamiento, se le une el de San Cristóbal de las Casas, Chiapas donde los sicarios de una organización local, denominada “Los Motonetos” se disputan el control del mercado y la zona comercial contra otro grupo delincuencial.
Con estos dos hechos, podemos decir que lejos estamos de los “abrazos y no balazos”, qué lejos estamos de esas fantasiosas anécdotas Presidenciales, dónde todo es bonito, dónde los sicarios también son seres humanos y abren fuego contra sus enemigos en medio de mercados públicos.
Qué lejos estamos de los abrazos, qué lejos estamos en este país, dónde poco a poco entra a esa vorágine de violencia de la que ya no podremos salir. Hace tiempo escribí sobre la mala estrategia de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Hoy no hay palabras para criticar la nula estrategia de seguridad que se tiene para la lucha contra la delincuencia organizada, no hay tal. Ya no es un secreto que este gobierno dio concesiones a los grupos delictivos, ya no es un secreto, incluso los aplaudidores oficiales, piden prueba de los dichos de la hermandad crimen organizado-Gobierno Federal.
Quizá estas focas aplaudidoras, esperan un contrato por escrito, algo que nunca pasará, qué más pruebas quieren, solo basta echar una mirada a las redes sociales y medios de comunicación que siguen reportando enfrentamientos y hombres armados caminando por las calles o en sus traslados con camionetas con armas largas, qué más pruebas quieren.