Marissa Rivera.
Actualmente hay dos temas que preocupan más a los mexicanos, la inseguridad y la situación económica.
El gobierno federal no descansa en maquillar sus cifras, pero la realidad los exhibe.
Ni hay seguridad ni hay mejora económica en las familias.
Hace unos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador se aventó la puntada de decir que la capital era más segura que Nueva York.
Quizá más segura para los delincuentes, o más segura para la impunidad. Porque aquí ocurren muchos delitos sin que haya responsables. Ya sea por omisión o colusión de las autoridades en la materia.
El lunes, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de seguridad y protección ciudadana informó en su reporte mensual, cifras de lo que vemos todos los días en el país: homicidios, feminicidios, secuestro, extorsión, robos, asaltos, entre otros.
Según ella, con delitos a la baja, pero con un incremento mayor si se comparan con las dos administraciones anteriores.
Porque la estrategia de abrazos no balazos ha sido un espectacular fracaso.
Además, de que se les acabó la narrativa de culpar al pasado.
Esta administración lleva más de tres años y en lugar de quejarse y zafarse de la violencia debería replantear la forma de encarar esta calamidad.
De nada ha servido el despliegue de casi 124 mil militares para tareas de seguridad en el país.
Al contrario, hemos sido testigos de las vejaciones, los maltratos, los denuestos, las humillaciones y también las agresiones en las que han perdido la vida miembros del Ejército.
También hemos visto el terror que viven familias en Michoacán, Zacatecas, Jalisco, Guanajuato, Guerrero, Sonora, Sinaloa, por mencionar solo algunas de las entidades que diario son noticia por la violencia.
Y no hay nada que los detenga, siempre buscan la manera de engañar, de ser más listos (insisto, o estar apoyados) por los encargados de la seguridad.
Como ocurrió en una de las carreteras que va de Querétaro a San Luis Potosí donde hubo un asalto masivo a decenas de automovilistas, sin que ninguna patrulla, ni policías se hubieran percatado.
Caso aparte es la Ciudad de México, la más segura, según Claudia Sheinbaum, donde a plena luz de día y entre tanta cámara de seguridad, una persona puede asesinar a otras tres y fugarse sin la mínima preocupación.
La violencia está desbordada y las cifras son ajenas a la realidad.
Necesitamos un gobierno que cuide a sus habitantes, que les ofrezca garantías para salir a la calle sin miedo, que ir al trabajo no vaya acompañado del temor de no regresar.
Es una pena que las autoridades estén más distraídas en el infame juego de las corcholatas y en hacer campaña en otras entidades, que arremangarse la camisa y trabajar a favor de los ciudadanos en este tema que lastima a la sociedad.
El día que le den prioridad a la seguridad del pueblo, ese día, no escatimaremos en reconocer el trabajo.
Pero mientras sigan en la desatención, seguirán siendo unas autoridades incompetentes.
- martes 26 noviembre, 2024 || 2:44 am