Por. Ah-Muán Iruegas
La relación de México con Cuba es una de las más importantes de nuestro país, pero no es la principal. No es una relación estratégica, como la que existe con los Estados Unidos, pues la estrategia internacional mexicana no depende de su relación con Cuba.
Como sí ocurre con los Estados Unidos, al menos desde la firma del NAFTA.
Es decir, la relación México-Cuba es una relación relativamente secundaria para México. Pero tiene, sin embargo, una cierta importancia, como se ve más adelante. Por ello, conviene revisar los principales mensajes de AMLO en la última escala de su gira regional la semana pasada, partiendo de la base de que la relación mexicano-cubana no es un asunto de vida o muerte, ni para los mexicanos ni para los cubanos.
Mientras que la relación mexicano-estadounidense, es la relación principal de nuestro país y cualquier exabrupto puede tener consecuencias económicas serias para México. Pues el modelo de desarrollo mexicano, está atado a la economía estadounidense desde 1994, año en que entró en vigor el citado acuerdo comercial. Si México interrumpe su relación, sobre todo la comercial con los Estados Unidos, la economía mexicana se derrumba en unas semanas.
Por lo tanto, cualquier propuesta de cambio en nuestra relación con Cuba, debe sopesar el impacto que pueda tener dicho cambio, en la relación de México con los Estados Unidos. No por ello debe supeditarse una relación a la otra, pero sí debe tenerse siempre en cuenta el impacto de una relación secundaria, sobre nuestra relación principal.
México requiere una buena relación con los Estados Unidos, pero no por fuerza con Cuba. Ha habido periodos tensos con Cuba como el foxismo, pero aun en ese caso no ocurrió nada que no tenga remedio.
La importancia económica actual de Cuba es muy menor, por lo cual no le pueden causar grandes males a México, una merma de las relaciones económicas mexicano-cubanas.
Ya ocurrió tal merma durante el foxiato, en cuestiones político-diplomáticas, pero no hubo consecuencias irreparables para nuestro país, por el zipizape entre Fox y Fidel Castro.
A pesar de todo, Cuba sigue teniendo una importancia geopolítica incuestionable. Y aunque ya no estamos en la guerra fría, la ubicación geográfica de Cuba es la misma y eventualmente puede recobrar la importancia que tuvo. Cuba es importante para todos los adversarios de los estadounidenses. Inclusive Rusia sigue coqueteando con los cubanos y es uno de los mejores amigos que tienen los rusos hoy en América.
Por su parte, para México, Cuba significa un contrapeso que puede utilizar para equilibrar un poco nuestra excesiva dependencia de los Estados Unidos.
La dependencia principal mexicana frente a los yanquis es de tipo económico-comercial en principio, pues más del 80% de nuestro comercio internacional, consiste en exportaciones hacia e importaciones desde los Estados Unidos.
Eso no se va a resolver ampliando nuestras relaciones con Cuba, sino con Europa, Japón, etcétera. Pero el presidente mexicano decidió realizar un viaje a Cuba y cuatro países centroamericanos. En parte para intentar contener las fuerzas expulsoras de flujo migratorias, pero también para dar un claro respaldo de México al gobierno cubano.
En relación con el tema de las relaciones mexicano-cubanas, el pasado domingo 9 de mayo, el señor presidente Andrés Manuel López Obrador, en su discurso de despedida en La Habana, abogó por una especie de Unión Europea para toda América, donde desde luego estaría incluida Cuba.
El señor presidente habló en La Habana de integración americana y de unidad continental, sin exclusiones. Lo que supone que debe incluirse a Cuba, Nicaragua y Venezuela en los planes continentales y, como lo expuso nuestro presidente, también en la próxima Cumbre de las Américas que se celebrará en Los Ángeles, California. Por ello, el discurso de AMLO en Cuba, fue un mensaje indirecto también para Joe Biden.
La postura incluyente de AMLO es completamente aceptable, al menos en teoría. Sin embargo, no tiene en cuenta que nuestro principal socio, los estadounidenses, están en plena campaña para las elecciones presidenciales Biden-Trump de noviembre. Y por tanto, estorbar la celebración de la próxima Cumbre de las Américas (que podemos apostar que ocurrirá exluyendo a los tres países mencionados) significa estorbar la candidatura presidencial de Joe Biden. Cosa que no está en el interés de México -considerando que su oponente es Donald Trump..
Por lo anterior, la propuesta de AMLO en La Habana, no toma en cuenta lo suficiente a nuestra relación principal, los Estados Unidos.
Por esta razón, creo que la postura del señor presidente de México, sin ser equivocada en el fondo, pudo haber sido expresada en otro momento. Por ejemplo, en diciembre próximo, con lo cual se hubiera podido sostener exactamente la misa argumentación y un discurso incluyente para con esos tres países, pero sin confrontar ni a Biden, ni a Cuba.
Es decir, la propuesta presidencial de AMLO no fue necesariamente equivocada, pera sí fue un tanto inoportuna, dado que puede generarnos problemas innecesarios con el presidente de los Estados Unidos.
En cuanto a la integración económica americana a la que aludió el presidente mexicano, puede decirse que “ese sueño ya ha sido soñado por muchos soñadores”… pero nunca termina de funcionar.
Quizá sea mejor limitar el sueño integrador a una relación mexicana ampliada en el Caribe y Centroamérica -nuestra verdadera zona de influencia-. Es mucho mas fácil que México pueda integrarse un poco con Belice o Guatemala (ya hay planes concretos con Belice) a que se llegue a algún acuerdo eficaz con Argentina o Brasil.
Además de que la construcción originaria de la Unión Europea, comenzó luego de la segunda guerra mundial, con la conformación de la CECA, organismo relativo al comercio del carbón y el acero. Es decir, sueños como esos toman décadas en realizarse, razón por la que el proyecto sigue siendo un sueño.
Por otra parte, y volviendo al discurso obradorista en La Habana, el segundo asunto que trató el presidente López Obrador, fue reiterar su propuesta de que la OEA sea sustituida por un órgano autónomo. El cual aún no existe, pues la Celac excluye a los norteamericanos y, por tanto, (aunque esto es una conclusión del autor de estas líneas) tenemos como un corolario, lo siguiente:
“Está pendiente para nuestro continente americano, la creación de un organismo multilateral donde puedan concurrir todos los países de América, pues ni la OEA ni la Celac o similares, cumplen con dicho loable propósito.”
El tercer asunto principal que trató AMLO en su alocución, luego del esperable rechazo al bloqueo comercial estadounidense a Cuba, así como de un acuerdo entre ambos países en materia de salud pública, fue una suerte de recomendación o consejo al gobierno cubano.
AMLO aconsejó que en Cuba la “Revolución renazca en la revolución” (frase casi idéntica al título del famoso libro del escritor francés Regis Debray Revolución en la revolución). No explicó nuestro presidente qué entiende exactamente por tal frase, pero abundó diciendo que él no apuesta por el fracaso de la Revolución cubana. Y dijo que espera que la Revolución cubana sea capaz de renovarse, sin dar detalles sobre cómo se podría proceder al respecto. Pero sí insinuó AMLO con toda sutileza, la necesidad de un cambio no violento en Cuba.
Estos fueron los principales asuntos que trató nuestro presidente, en su principal alocución durante su estancia en Cuba, que acaso sea el principal discurso de Andrés Manuel López Obrador durante su reciente viaje, exitoso en lo general, por la región mencionada.