Jorge Miguel Ramírez Pérez.
Empezó una etapa verdaderamente histórica en México. No se trata de formatos anticonstitucionales, de esos que van en contra de la esencia de la nación con la intención simplona de hacer rabiar enemigos, aunque se descomponga la estructura institucional.
¡No! Lo que está en juego es algo real, poder concreto, no especulaciones líticas.
Andar creando burocracias como esas del litio, del instituto de lo robado, o andar cambiando el nombre a las secretarías como si ese fuera su único fin; es una clara evidencia del apego a la práctica tercermundista, de ponerle colores del partido, tricolor, azul o guinda a todo lo del gobierno, cambiar la papelería, los nombres de los programas de chantaje electoral de siempre, disfrazados de ayuda social y otros ejemplos que resultan obvios e irrelevantes de una acción verdadera de gobierno. Todo eso no es histórico. Es propaganda de bajo nivel, primitiva.
¿O dígame mi estimado lector cuando ha visto en los países serios que se cambian a capricho de los gobernantes, los nombres de las dependencias gubernamentales, sus colores o logos, etc.? ¡Claro que no!
Por eso lo que sucedió durante la semana pasada, fue tan importante que no salió destacado en ningún medio. Los comunicadores están acostumbrados a ver solo lo que los gobiernitos intrascendentes de nuestro país dicen o simulan que hacen.
Nuevamente como con el TLC les tienen que traer un proyecto que no se imaginan, porque no tienen idea en donde están parados los jefes de las burocracias abusivas de aquí.
Así que dejando de lado lo irrelevante, me voy a referir como punto de partida al discurso que improvisó Ken Salazar ante AMLO y su gabinete, gobernadores y empresarios mexicanos, de EUA y Canadá en Veracruz el 21 de abril, cuando fuera del programa se hizo de la palabra para definir el nebuloso rumbo de México, ante la atónita concurrencia que fue convocada como tradicionalmente se hace, para acuerpar un acto del presidente y no más allá.
Sorprende, porque parece hasta impertinente, que alguien se hubiera atrevido a exponer la verdad de un enorme país, que no tiene soluciones que propongan sus patricios e ilustres cortesanos, y que alguien, con vocación de mando, aparte de sus credenciales, les anunciara, extraoficialmente, una salida ya acordada con los que si tienen interés en México, no con los que la andan dudando.
Y me refiero al tema de “Una Mirada al Sur” que fue lo central que abordó el representante diplomático de los Estados Unidos, donde se oyeron definiciones que a muchos les debe haber disgustado como eso de que “las Américas” serán integradas paulatinamente al sistema de desarrollo, y la frase contundente que la relación de México y los Estados Unidos es una “relación para siempre”, me recordó a John Gavin, también embajador, que dijo NPD, “no posible divorce”; retumba las dos veces de señalar “para siempre” clarificándoles a aquéllos como Carlos Slim y sus empleados en el gobierno, que presionan para fragmentar o romper los tratados continentales y abrir cancha a los negocios con China, como si fuera una alternativa optar por criterios de mercachifle, y no entender que entregarse a los chinos es provocar un boquete geopolítico que tiene consecuencias. Es ir contra la realidad que el poder concreto impone.
Y Salazar dejó claro que ha estado hablando con medio gabinete y con empresarios y que no hay proyecto, y que deben poner en movimiento la pelota. Ante representantes de los tres gobiernos, subrayó asuntos que deben estar en la agenda, porque lo que se tiene es una alianza histórica y señalo, a manera de ejemplo, que hay grandes conglomerados que no influían y hoy tienen peso, se refirió a los México- norteamericanos, que son una población mas grande que toda la población del Canadá.
Dio a entender que no se tiene a esta altura un plan, sino especulaciones. Y por eso, porque normalmente hay un vacío para imaginarse el futuro factible, les lanzó el desafío de invertir y trabajar donde sí se tienen implicaciones de alto perfil internacional, tanto comerciales como de seguridad. En el corredor del istmo, el sueño tantas veces postergado.
Se entiende que el reto se opone, por supuesto diametralmente, a las ansias potenciales, a las alucinaciones sin piso, a todo lo que no está sopesado en la realidad, como eso de aventarse un tiro con los vecinos geográficos, en beneficio de acuerdos coyunturales con los chinos, como los de aproximar la penetración al continente, comenzando con Huawei, de la que el magnate mexicano es su impulsor, burlando la política de nuestro principal socio, que tiene vetada a esa firma estatal con apariencia de privada, porque la considera un artefacto primordial de espionaje.
Pero independientemente que la disputa mundial es entre China y Estados Unidos que retiene todavía su liderazgo con todo y la destructiva ideología de género; a México hace más de 160 años, le debe interesar el paso de mercancías intercontinentales, en forma multimodal, transporte terrestre, incluso aéreo. No en vano en la departamentalización que hizo Maximiliano de Habsburgo de nuestro país, como lo demuestra O´Gorman, se creaba el Departamento del Istmo, hoy territorio que comparten dos estados: Veracruz y Oaxaca, dos entidades sin planes, que ahora solo producen pobreza; pero que están en el umbral de integrarse a la Economía-Mundo, la que señalaba Wallerstein como central en las políticas mundiales.
Y en esa “Mirada hacia el Sur” ya se quedó corto el Plan Puebla-Panamá, que no tenía un armazón territorial claro, en tanto no fomentaba el delineamiento de la sub-frontera ístmica.
Porque ahora el corredor se plantea rigurosamente vigilado, tanto para evitar el contagio delictivo hacia el centro y norte del país, como un filtro de seguridad de la potencia mundial, que físicamente de este ineludible modo, establece a través de México, una escala, o si se quiere más claro, un muro virtual migratorio.
Un espacio de contención, que operará en paralelo con el canal de Panamá, y de sur a norte desde Centroamérica, con un flujo de mercancías; recreando un interland para que los trabajadores del sureste, se establezcan, operando la industria que le dará batalla a China en ese sector en el que Estados Unidos, no piensa retroceder con en ese tipo de procesos. Ellos, lo que trabajan y quieren, es la producción de conocimiento e información tecnológica estratégica antes que China les arrebate el mercado.
A ver si con esta sencilla explicación los que estuvieron presente en Veracruz ese día, les cae el veinte completo y entienden otras declaraciones adicionales de Washington y de Ohio, para que se olviden de seguirle el juego a una invasión de chinos incontrolable, que aquí ingenuamente no se cree.